No hay un problema de oferta ni de abastecimiento: la faena de noviembre fue la más alta en 10 años para ese mes. Pero no alcanza.
El consumo, muy recuperado, encuentra insuficiente la oferta actual y presiona sobre los precios.
En noviembre, y de acuerdo a la faena clasificada por dentición, la matanza de novillitos y vaquillonas de dos dientes, que cubren 50 por ciento de la faena total, totalizaron las 645 mil cabezas.
Esa faena representó tres por ciento más que el mes anterior y cinco por ciento por encima de igual mes del año pasado. No falta hacienda, sobra demanda.
La actividad económica se recupera, los asados al aire libre se multiplican (el clima acompaña), bares, restaurantes y parrillas retoman lentamente su ritmo habitual.
La demanda del consumo supera a la oferta disponible y arrastra a la exportación, que todavía tiene planes de faena muy ambiciosos.
Los feedlots están acelerando su vaciado, porque si bien ha aumentado considerablemente el precio del gordo, también ha vuelto a subir la invernada, muy escasa, y el maíz –si se consigue– tiene cotizaciones que duplican a moneda constante el promedio de los últimos 10 años para esta época.
Los corrales intensivos pierden ahora menos, pero siguen mostrando números en rojo.
Preguntas: ¿Qué pasará en los próximos meses, cuando este proceso de vaciamiento de los corrales se empiece a expresar en serio en una menor oferta de ganado para faena?, ¿habrá una nueva suba de precios o estos incrementos que se han dado en los últimos dos meses son a cuenta de la suba estacional en enero-febrero?
Con la aparición de la zafra de terneros, en febrero-marzo, ¿caerán estos altos precios de la invernada? La asombrosa recuperación de la producción china de carne de cerdo, ¿determinará una reducción de las importaciones de carne vacuna? Los consumidores argentinos ¿convalidarán estos fuertes aumentos de los precios al mostrador?, ¿el feedlot, no regularizará su oferta hasta mediados del año próximo?
Esta pésima relación carne/grano ¿se sostendrá en 2021?, ¿la seca no obligará a productores a bajar la carga en las próximas semanas?
Precios buenos para el gordo, excelentes para la invernada, incertidumbre; más preguntas que respuestas.
El momento de la cría
De acuerdo al “Indice de Costos del Ternero”, que elabora la Sociedad Rural de Punta Indio, y que estudia los ingresos y gastos de una explotación de cría de 425 hectáreas sobre campo alquilado, con 300 vacas que destetan unos 285 terneros, entre noviembre del 2019 e igual mes del 2020, la rentabilidad sobre el capital invertido pasó del 1,89 por ciento al 4,76 por ciento.
En términos reales, el resultado de la explotación se incrementó un 37,5 por ciento.
Los ingresos por venta de terneros subieron el último año un 30,3 por ciento en términos reales, mientras que la venta de vacas subió siete por ciento y la de toros de refugo, 16 por ciento.
Los gastos totales del establecimiento crecieron 19,8 por ciento, afectados por la suba del alquiler (13,1 por ciento), la reposición de vacas (25,8 por ciento) y de toros (17,5 por ciento).
Suben también en términos reales los sueldos (14 por ciento), la sanidad de las vacas (10,5 por ciento) y la de los terneros (20,8 por ciento).
El precio actual del ternero, en un momento en que estacionalmente la oferta se reduce al mínimo anual, resulta un 40 por ciento más alto que el promedio histórico para los años 2005-2019.
De sostenerse en los próximos meses estos niveles de precios para el ternero y de rentabilidad para la cría, debería cambiar la dirección del ciclo ganadero, que todavía muestra indicadores propios de una liquidación moderada.
La “foto” actual de la cría da bien, pero el clima no acompaña a gran parte del país y las perspectivas económico-político-institucionales son inciertas.