Lo primero que mencionan los referentes agropecuarios que salen en estas horas a rebatir la decisión oficial de cerrar el mercado de exportación de carne bovina es que la medida, cuánto menos, implica «tropezar dos veces con la misma piedra», aludiendo a que esta película el campo ya la vivió en 2006.
Y lo que más refrendan es que no surtió efecto, porque se perdieron 12 millones de cabezas de ganado (un número similar al stock bovino de Uruguay), desaparecieron más del 20% de productores ganaderos y como si fuera poco, los precios luego de ceder los primeros meses, emprendieron una escalada sin freno a medida que bajaba la producción y se contraía la oferta. «El asado en 2006 costaba u$s 2,70, y en 2012 costaba u$s 8 dólares», recordó en diálogo con Perfil Matías Lestani, Director del Departamento Económico de CRA.
Por su parte David Miazzo, economista jefe de FADA, explicó que el primer paso es sacar a la carne del centro del problema «No tenemos un problema de precio de la carne en el país sino un problema inflacionario, tenemos un problema macroeconómico de pérdida de valor de nuestra moneda, por eso para comprar el mismo kilo de carne, o el mismo litro de leche o de nafta necesitamos cada vez más pesos», argumentó.
Para analizar lo que se vive hoy, los economistas proponen tener bien presente lo que pasó durante la presidencia de Néstor Kirchner. «Esto ya se hizo en 2006 y el resultado lo vimos: fue un cierre de exportaciones por 180 días y luego -por varios años- subieron los derechos de exportación que sacaron a la argentina de los mercados internacionales de carne», rememoró Lestani que es Ingeniero Agrónomo y tiene un MBA en Dirección de Empresas.
Ahora bien, los analistas proponen algunas líneas de análisis para abordar el tema y ver por qué la medida no surtió efecto antes y tampoco lo hará ahora:
1) No hay antagonismo entre mercado interno y mercado de exportación:
«La vaca no se va entera a exportación sino que la media res se divide en cortes parrilleros (matambre, asado, vacío, entre otros) que van al mercado interno; cortes de alta calidad (lomo, bife de chorizo, etc) que van a la exportación; al igual que los garrones, el aparto reproductor de los novillo y la vaca vieja que se exportan a China», indicó Lestani, con lo cual «no hay antagonismo entre mercado interno y la exportación, sino todo lo contrario; porque en la medida que más se exporte, más cortes parrilleros habrá en el mercado interno», justificó.
2) El precio de la carne no sube por la exportación, sino que lo hace igual que todos los bienes de la economía
«Cuando se cruzan los precios desde enero de 2017 hasta ahora se ve que casi todos los bienes de la economía se multiplicaron por 4,5 o 4,6 veces. El tipo de cambio oficial, incluso, se multiplicó por 5,97 veces», indicó Lestani y refrendó la idea de que el precio de la carne no es el culpable de la inflación sino la manifestación y es ahí donde el economista de CRA ve un «error de diagnóstico» del gobierno.
Por otra parte, Miazzo de FADA recordó que países vecinos como Brasil, Uruguay y Paraguay también tienen su exportación enfocada al mercado externo y sin embargo no tienen el nivel inflacionario de Argentina. «La expectativa inflacionaria de Uruguay es de 7,5%, para Paraguay de 3,3% y Brasil 4,5% y no está en discusión el cierre de exportación», argumentó.
3) «El alza de los precios es la manifestación de un problema multifactorial»
Insiste Lestani y añade como uno de esos problemas a la alta emisión pero con la misma cantidad de bienes productivos. «Los precios promedio de todos los bienes vienen subiendo», recordó. «Lo que pasó en particular con la carne es que tuvo lo que se llama un salto escalón. En octubre de 2019 se pisaron precios (por acuerdo con el gobierno entrante) y se mantuvieron hasta mediados del año pasado, cuando comenzaron a actualizarse. La carne venía subiendo despacito y dio un salto escalón, pero si se cruza el dato a más de un año el aumento da igual que el resto de los productos de la economía», añadió.
Aquí también hizo Miazzo su aporte al explicar que en el caso de las verduras, por ejemplo, es un sector que «no exporta nada y tenemos subas iguales o superiores a la carne, sin embargo ahí no incide la exportación», añadió.
4) Sólo en el corto plazo habrá baja de precios en góndola
«En dos o tres meses se va a ver la baja de precio en góndola por efecto de ese redireccionamiento de toda la carne que va a exportación y se mandará a mercado interno, en especial se reflejará la baja en los cortes que van afuera. Pero el garrón y la vaca vieja van a tirar el precio abajo porque es carne de otra calidad que no se consume localmente», dijo Lestani
Por su parte Miazzo añadió que «un cierre de exportaciones va a hacer bajar el precio en el corto plazo porque ese 30% de carne que se exporta se va a volcar localmente; pero en el mediano plazo seguirá jugando la inflación, y luego de un par de meses que se pase el efecto de la medida, los precios van a seguir subiendo y más adelante bajará la producción de carne porque ya no será negocio hacer ganadería; luego se contraerá la oferta y una vez más volverán a subir los precios», graficó.
En la misma línea, Lestani recordó lo que pasó en 2006: «Los precios bajaron un tiempo y luego casi se triplicaron. En 2006 el kilo de asado estaba en u$s 2,70 dólares el kilo y en 2012, 8 dólares el kilo, con lo cual se terminó multiplicando más de tres veces porque no había mas carne».
5) Efectos nocivos de cerrar la exportación sobre la cadena
Para los analistas se puede ver un efecto en el corto plazo en cuanto a baja de precios, pero luego indefectiblemente subirán. «Al cabo de un año empezarán a subir y no se podrán bajar porque se desincentivan las inversiones en la cadena productiva», explicó Lestani. El círculo que se inicia dista de ser virtuoso, porque cae el valor el pie, se pierden las madres de reposición y eso provoca una merma del stock de madres y de producción. «Entre 2006 y 2012 se perdieron 12 millones de cabezas, el equivalente al stock bovino de Uruguay», recordó Lestani.
Sin embargo, los perjuicios no quedaron sólo en la baja del stock, sino que «cerraron más de 120 frigoríficos, el gremio perdió 15 mil puestos de trabajo directos y 50 mil más indirectos, al tiempo que el 23% de los productores ganaderos desaparecieron o se concentraron». agregó el Director del Departamento Económico de CRA.
6) Medidas que se pagan caras en los mercados externos
Otro de los temas que acarrea la medida del cierre de exportación es caer en el ranking de países exportadores. «En 2006 Argentina era el 3° exportador del mundo (u$s 10 mil millones que no entraron) pero perdió rápidamente ese rango. Anoche me tomé el trabajo de mirar en las redes y la medida del cierre la festejaban en especial Australia, Brasil, Paraguay y Uruguay, todos países que son competencia directa de la Argentina y festejan porque con esta medida hay un competidor menos en el mercado internacional», indicó Lestani.
Miazzo también apuntó a la necesidad de ingreso de dólares que tiene el país ya que en definitiva exportar menos es reducir el ingreso de divisas. «El año pasado la cadena bovina exportó 3 mil millones de dólares. Se estimaba alcanzar un número similar para este año. La discusión por el pago con el Club de París es por u$s 2400 millones, hay que tomar en cuenta todos estos factores al analizar tomar este tipo de decisiones», concluyó el economista Jefe de FADA.
En momentos en que el gobierno más necesita divisas frescas, no parece ser el camino más acertado el cierre de los mercados de exportación. Y así se lo hacen saber los empresarios de todos los sectores, los analistas y gran parte del arco político opositor que ya salió con los tapones de punta al escuchar la medida.