Un reciente artículo de Meat & Livestock Australia (MLA) advierte sobre las limitaciones del mercado chino de cortes enfriados.
El año pasado, sólo uno por ciento de las importaciones de carne vacuna del gigante asiático fueron de estos cortes. Totalizaron 6.558 toneladas peso producto, abastecidas en su gran mayoría por Australia. Un país que viene desarrollando este mercado desde hace una década, con un éxito muy relativo.
Los cortes se venden a restaurantes, en carnicerías premium o por Internet, pero la demanda por estas carnes de alto valor es todavía muy reducida por tres razones: la falta de una cadena de frío, el escaso número de parrillas y la falta de cultura cárnica de los consumidores.
En China, una gran parte de la carne vacuna es comercializada en el día luego de faenada, en puestos o ferias callejeras, en trozos pequeños, y sin una nomenclatura de cortes. Asimismo, los métodos de cocción (wok, olla, frituras) tampoco favorecen la demanda por cortes enfriados. En general, gran parte de la carne vacuna se faena en mataderos municipales y se vende localmente sin frío en ninguna de las etapas del sacrificio y la comercialización.
Los estadounidenses, que entraron al mercado chino a mediados del año pasado, han manifestado que las dificultades que encontraron son mayores a las esperadas. Por ejemplo, las exigencias de que los cortes de Estados Unidos provengan de animales que hayan sido criados sin hormonas ni antibióticos, limita enormemente el volumen disponible para exportar. En ese país, la inmensa mayoría del ganado engordado se engorda así y el feedlot que no lo hace, solicita al comprador una compensación económica de entre 15 y 17 por ciento, acorde a la eficiencia de conversión que pierde.
Los datos muestran que, en los primeros siete meses del año, Estados Unidos no logró vender en China más de unas cuatro mil toneladas de cortes enfriados, bien por debajo del volumen esperado. Y los aranceles adicionales a la carne norteamericana, establecidos por el gobierno chino en el marco de la guerra comercial, ponen a los cortes de ese país casi fuera de competencia.
Políticas
La carne vacuna en China es un producto “nuevo”, caro, especialmente en relación al pollo o el cerdo. Pero los consumidores perciben a la carne importada como un producto más seguro y de mayor calidad que la local.
El gobierno está cerrando muchos mataderos precarios y mercados callejeros, al tiempo que incrementa las exigencias sanitarias y fomenta la instalación de cadenas de frío. Se estima que la creciente brecha entre oferta y demanda por carne vacuna deberá ser cubierta en los próximos años casi en su totalidad con carne importada, con un consumo per capita que pasará de los 5,6 kilos actuales a unos 6,2 kilos en el año 2022.