Las exportaciones de carne vacuna en julio pasado tuvieron una fuerte caída. El recorte en las retenciones que aplicó el gobierno, de tener efectos positivos, se verían recién en las estadísticas de agosto.
En julio se operó con costos altos y derechos de exportación de 9% para todas las categorías vacunas. Los embarques sumaron 46.300 toneladas pesos producto, lo que equivale a cerca de 63.000 toneladas res con hueso. Comparadas contra las 82.000 toneladas del mismo mes del año pasado, la caída fue de nada menos que 23%.
Al volumen exportado hay que sumar 12.000 toneladas de huesos con carne, otro importante negocio para los frigoríficos que lo venden en China.
Hasta el mes de junio, es decir con le primer semestre cerrado, las exportaciones de carne vacuna registraban una mejora de 10% con relación al acumulado del primer semestre del año pasado. Computado ahora julio la diferencia se recortó a sólo 4%.
Esa baja confirma la visión de los exportadores del negocio, quienes hace meses que venían reclamando por medidas que le den competitividad a la actividad.
En el arranque de la gestión de Javier Milei, la devaluación y la quita de cupos o demás trabas que había implementado el gobierno anterior dieron impulso al negocio. Muchos cerraron negocios en las semanas previas al cambio de gobierno y de reglas de juego, que luego se concretaron en los primeros meses de 2024 aprovechando las nuevas condiciones cambiarias.
Ese período de gracia se alargó con la llegada del otoño y la alta oferta de vacas, que presionó los precios de esta categoría con la que se abastece a la demanda de China, el mayor mercado que tiene el país por lejos.
Pero desde mayo la cuestión se complicó. En aquel mes la caída en las ventas fue de 19%, en junio hubo un empate y en julio se dio la caída antes señalada, superior al 20% respecto de los niveles de 2023.
Las condiciones para exportar mejoraron ahora con las medidas que tomó el gobierno: la reducción de retenciones de 9% a 6,75% para todas las carnes, con excepción de la proveniente de la categoría vacas, que no sufrirá la carga de ese tributo.
A esa situación se suma que China está pidiendo más carne y pagando mejores precios, aunque los exportadores insisten en que igual se trabaja a pérdida.
Ese argumento se sostiene en el hecho de que las nuevas ventajas impositivas, según los industriales, se trasladaron al precio de las vacas de forma inmediata, porque se achicó la oferta de forma notablemente y por cuestiones estacionales propias del ciclo productivo. Las vacas aumentaron 25% su valor en sólo un mes y los frigoríficos también pagan más ahora de lo que podrían por los novillos. A eso se agregan los mayores costos laborales, energéticos y del combustible.
Fuente: bichosdecampo.com
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