Con muchos meses de demora, SENASA dio a conocer en los últimos días la estimación del stock de vacunos, por categoría y por provincia, al fin del primer trimestre.
Esta serie fue iniciada en 2008, es la única existente y el mercado la miraba con seriedad y confianza.
Sin embargo, este año apareció muy tarde y muestra números muy distintos a las expectativas de los analistas.
Mientras que la mayoría esperaba, en todo caso, un pequeño crecimiento, siguiendo la línea de los últimos años, su total muestra un crecimiento de casi 1,5 millones de cabezas (2,7%).
Este aumento, que triplica lo esperado, también es inconsistente con los datos de la primera campaña de vacunación antiaftosa de este año. En efecto, en la misma se vacunaron 40,5 millones de cabezas, 0,2% menos que un año antes. Está claro que una campaña de vacunación no es idéntica a un censo o a una estimación a cierta fecha. Pero es muy improbable que con la misma cantidad de animales vacunados pueda haber 3% de incremento en el stock total.
Si fuera cierto, estaríamos ante dudas con respecto a la cobertura de la vacunación.
La falta de verosimilitud de los datos de la estimación del stock se suma a otras desatenciones que el Estado está haciendo de las estadísticas públicas. El mismo SENASA dejó de brindar el dato de DT-e con destino a faena, que se conocía los primeros días del mes, y es un predictor temprano y muy bueno de la faena del período.
Claro que esta desatención de las estadísticas es cualitativamente distinta al manoseo y la mentira que sufrían en el pasado gobierno, aunque no deja de ser preocupante.
Parece paradójico que esta administración, que valora tanto la iniciativa privada, no termine de tomar conciencia de la importancia que las estadísticas y la información tienen para aumentar la transparencia de los mercados y generar una mejor competencia.
Desde Valor Carne, deberemos esperar a que se revisen los datos y se informe una estimación más precisa para hacer un análisis de la evolución del stock ganadero.