Aseguran que la situación sufrió una transformación y llega una nueva realidad; se espera una Niña más débil y corta
Las lluvias no acompañaron en lo que va del año a los cultivos. La falta de agua complica al trigo y ponen en jaque la campaña gruesa.
Se esperaban lluvias para la semana pasada, pero no sucedieron. Las expectativas se renuevan para octubre y se espera un menor impacto de la Niña durante la campaña.
Al mismo tiempo, el consultor en materia de clima para la Bolsa de Comercio de Rosario, Alfredo Elorriaga, explicó que Argentina tiene un gran desafío hacia adelante. “Hay que adaptarse a lo que podría constituirse en un cambio estructural del régimen pluvial”, aseguró.
En este sentido, dijo que significa que hay precipitaciones que cada vez respetan menos los ciclos típicos estacionales y a menores ventanas de humedad en momentos claves para los cultivos, como son la siembra y los períodos definitorios de rendimiento. Para llegar a esta conclusión, Elorriaga mencionó la situación de Brasil, los incendios, entre otros factores.
Cambio en las lluvias
Elorriaga explicó que actualmente Brasil sufre una sequía importante y eso impacta en Argentina. Sin embargo, fue más allá y planteó un escenario a futuro: “Podríamos estar yendo hacia un cambio estructural de lluvias”.
El consultor mencionó que Brasil perdió 28 millones de hectáreas de bosque primario por incendios y deforestación. “Un árbol bien desarrollado, un árbol con una copa de 20 metros de diámetro, transpira y le aporta a la atmósfera 1000 litros de agua por día; una hectárea de bosque, 40.000 litros de agua por día. Este es un factor muy importante, a tal punto que a esos flujos de humedad se le llaman “ríos voladores”, explicó.
En este sentido, señaló que esta columna de agua es fundamental para Argentina. “La deforestación del Amazonas está debilitando este aporte más de lo que pensamos. Lo empezamos a notar porque cada vez es más recurrente la situación de falta de agua. La humedad que proviene del Amazonas es la columna vertebral de las lluvias que se desarrollan en la región pampeana”, explicó y destacó que la situación se profundiza cuando se suman los eventos como Niña o Niño.
A raíz de esto, el consultor mencionó que se depende más de los efectos regionales, pero son difíciles de pronosticar. “De esta manera, el régimen de precipitaciones se vuelve más azaroso en el sentido que depende mucho de eventos con un comportamiento menos estable”, confió.
Lluvias para la campaña gruesa
Al mirar la coyuntura, el especialista destacó que se espera una “Niña” más corta y débil. “El fracaso de las últimas lluvias alejó la posibilidad de un cambio en la dinámica atmosférica que plantee un escenario más húmedo durante la primera parte de octubre”, dijo.
Los pronósticos señalan que La Niña tendría el mayor impacto entre noviembre y febrero. “En abril ya estaríamos en neutralidad”, aseguró.
Mientras tanto, no se esperan lluvias en lo que resta de septiembre. Al mirar la primera quincena de octubre, podría producirse un cambio en la dinámica atmosférica que permita un escenario más húmedo.
“Que no se haya consolidado la inestabilidad que se preveía en estos últimos días, nos indica que hay un contexto de alta variabilidad de la atmósfera. Setiembre fue muy afectado por la escasez de agua y el frío de este invierno. Estamos esperando que se consolide un cambio en la dinámica atmosférica que permitan condiciones más favorables”, concluyó.
Fuente: news.agrofy.com.ar
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