Los consumidores buscan hoy en día alimentos naturales y sanos y que además satisfagan sus gustos. El concepto de “etiqueta limpia” enmarca perfectamente la visión de los consumidores de productos alimenticios que, aunque procesados, son elaborados con ingredientes simples y son más cercanos a lo natural. El procesador podría elaborar una salchicha tipo “hot dog” hecha primordialmente con carne de pollo (sin piel o carne mecánicamente separada) e ingredientes que promueven un “curado natural” como lo son: sal marina, polvo de apio, polvo de cereza, cultivos iniciadores; y especias y hierbas para darles perfiles específicos. El producto puede comercializarse también como uno bajo en sodio, con menos grasa y bajo en calorías, así como libre de gluten, para aquellos nichos del mercado que buscan alimentos considerados dietéticos.
Albondigas casi al instante
Los productos de mayor conveniencia y facilidad de preparación, que a la vez son de buen sabor y apariencia, son considerados de mayor valor por los consumidores. Ellos, siendo más conscientes de su salud, buscan productos convenientes con un alto valor nutritivo. Hace más de 40 años que los platillos congelados revolucionaron la industria de alimentos. Sin embargo, con los avances en materiales de envases, ahora los procesadores ofrecen productos que el consumidor puede llevar de la nevera a la mesa en cuestión de minutos y que provee además buen sabor y nutrición. Las albóndigas de carne son un producto procesado que, elaborado con los ingredientes adecuados para mantener la jugosidad y textura suave, es ideal para congelarse. El producto se puede, por ejemplo, ofrecer en una variedad de salsas, como marinara o arrabiata, y envasarse en bolsas de plástico que se colocan directo en el horno de microondas. Este envase permite que el alimento se descongele y se caliente “al vapor” dentro de la misma bolsa, manteniendo así las cualidades del producto casi intactas.
Porciones frescas individuales
Ante la agitada vida de los consumidores, están de moda los “kits” que facilitan la rápida y sencilla preparación de cualquier alimento, tales como los sándwiches. Gracias a las innovaciones de envases, los procesadores podrían ahora ahondar más en ese nicho del mercado, abasteciendo a los supermercados, o asociándose con ellos, para así ofrecer al consumidor platillos de porciones individuales compuestos por alimentos frescos. Con una bolsa que puede colocarse tanto en un horno de microondas como uno convencional, el procesador puede elaborar un producto como pechuga de pollo marinada y acompañada de una guarnición de verduras sazonadas. Los alimentos crudos, debidamente aderezados, se colocan en la bolsa que se sella y se envía como producto fresco de conveniencia a los puntos de venta. Así, las posibilidades de combinaciones de distintos tipos de carne y vegetales, u otras guarniciones como pasta, papas o arroz, son infinitas.
