Las señales de calentamiento en el océano Pacífico tropical reavivan el debate sobre la consolidación del fenómeno de La Niña en 2024. Los centros de monitoreo de todo el mundo siguen discrepando.
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La incertidumbre sobre la presencia de La Niña en 2024/2025 continúa generando debate en la comunidad científica. Mientras que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) declaró el inicio del fenómeno en enero de este año, la Oficina de Meteorología de Australia (BoM) continúa clasificando a El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) como neutral.
En su último boletín mensual, publicado el 13 de febrero, la NOAA reforzó la presencia del fenómeno de La Niña, destacando que las condiciones débiles persistieron en enero, pero ya señalando una transición a la neutralidad pronto.
ENSO oscila entre tres fases: El Niño (cálido), La Niña (frío) y neutral. Su clasificación depende de anomalías persistentes en la temperatura superficial del mar del Pacífico tropical y de la interacción de estas variaciones con la atmósfera. Para que La Niña sea plenamente reconocida, el enfriamiento de las aguas debe intensificar los vientos alisios y reforzar la circulación típica del fenómeno.
La Niña en disputa: la NOAA y el BoM no se ponen de acuerdo
La divergencia entre los centros meteorológicos hoy en día es la evolución de la circulación atmosférica. Si bien la NOAA sostiene que los vientos y los patrones atmosféricos han sido consistentes con un fenómeno de La Niña débil, el BoM señala que esta respuesta no ha sido lo suficientemente consistente como para caracterizar un acoplamiento robusto océano-atmósfera.
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La razón principal de la cautela del BoM a la hora de reconocer La Niña es la falta de una respuesta atmosférica sostenida a los cambios en la TSM. Los datos de las últimas semanas muestran que la anomalía de la TSM en la región de monitoreo de Niño 3.4 se mantiene cerca del umbral de La Niña (-0,5 °C) , pero sin una clara tendencia persistente de enfriamiento. Además, recientes signos de calentamiento, especialmente en el Pacífico oriental, plantean dudas sobre la continuidad del fenómeno.
¿Ya se está calentando el Pacífico?
En el último boletín semanal de la NOAA, publicado el día18, se observan señales de calentamiento en el Océano Pacífico tropical oriental, cerca de la costa de Perú. En la siguiente imagen se destacan las regiones de monitoreo del fenómeno ENSO, las anomalías de TSM en cada una de las regiones y, a la derecha, la evolución semanal de la anomalía de TSM , considerando las semanas centradas en el 22 y 29 de enero y el 5 y 12 de febrero.
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En los mapas de la derecha, se ve bastante claro cómo el Pacífico se ha estado calentando desde la región oriental, notamos que el área en azul se hace más pequeña mientras que un punto naranja (que representa aguas más cálidas ) ha estado emergiendo frente a la costa de América del Sur. Este calentamiento también aparece en las anomalías de SST por región (izquierda) donde vemos anomalías positivas en los dos últimos gráficos (Niño 3 y Niño 1+2).
Los valores de las anomalías de SST en cada región de monitoreo en la última semana fueron:
- Niño 4: -0,7 °C
- Niño 3.4: -0,3 °C
- Niño 3: 0,1 °C
- Niño 1+2: 0,9 °C
En otras palabras, en la última semana, el Océano Pacífico estuvo casi 1 °C más cálido de lo normal en las costas de Sudamérica, lo que disparó la alerta por una posible formación de un El Niño costero.
ENSO y Calentamiento global
La incertidumbre actual plantea un debate sobre el impacto del calentamiento global en el ENSO y sus efectos sobre los fenómenos climáticos futuros. En los últimos años se han batido récords de temperatura global:
- 2023 fue un año récord de calor, considerado el más caluroso de la historia en ese momento;
- 2024, a su vez, superó a 2023 y actualmente ostenta el récord del año más caluroso registrado;
- 2025, que se esperaba más frío, impulsado por la posible formación de La Niña, comenzó con enero rompiendo el récord del enero más cálido de la historia.
Este escenario refuerza la incertidumbre sobre cómo los ciclos oceánicos y atmosféricos están respondiendo al cambio climático.
La NOAA incluso ha estado probando un «índice Niño-3.4 relativo», que tiene en cuenta el calentamiento global de los océanos. Resta la TSM media de todos los océanos tropicales para intentar aislar las condiciones específicas del fenómeno de La Niña, sin que interfiera la tendencia del calentamiento global. En el gráfico siguiente se utiliza este índice para comparar La Niña 2024 (línea negra) con las anteriores (líneas grises).
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Ante este nuevo contexto, los científicos se preguntan si nos encaminamos hacia fenómenos de La Niña menos fríos y de El Niño aún más intensos. La posibilidad de “enfriamientos más cálidos” –fenómenos de La Niña que presentan anomalías de temperatura negativas, pero aún más altas que las del pasado– puede requerir una reevaluación de los criterios para clasificar estos fenómenos.
Si bien comprender plenamente el fenómeno meteorológico de 2024/2025 puede llevar años de investigación, ya sirve como recordatorio de que los patrones climáticos globales están cambiando y que tal vez sea necesario revisar las definiciones tradicionales.
Referencias de la noticia:
CPC/NOAA, ENSO: Recent Evolution, Current Status and Predictions, publicado em 18 de Fevereiro de 2025.
NOAA Climate.gov, February 2025 La Niña update: La Niña today, gone tomorrow?, publicado em 13 de Fevereiro de 2025.
BoM, Southern hemisphere monitoring, publicado em 18 de Fevereiro de 2025.
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