Noroeste de San Luis, un paisaje típico de región semiárida (llueven menos de 500 mm/año) con arbustos pinchudos, algarrobos y robles blancos. Debajo de éstos hay pastos en apariencia resecos y otros reverdecidos. Eso es buffel grass, una pastura megatérmica desarrollada en África para regiones tropicales y subtropicales
que comenzó a usarse en los setenta. Es la base del planteo que lleva adelante el veterinario Juan Carlos Boriosi que le permitió “triplicar” la producción.
La especie se incorporó mediante un rolo -cilindro metálico con cuchillas cortantes que aplasta y corta la vegetación- y se la pastorea durante el verano, dándole un descanso al pastizal hasta el invierno. “Con el uso diferido del pasto nativo tuvimos un plus de producción: pasamos de lotes de 100 a 1.000 kilos de carne por hectárea”.
Entre pastizal y buffel grass este ganadero saltó de una producción de 1.000 kilos de materia seca por hectárea a 2.500 kg/MS/ha. Y logró así el triple salto, al comparar con el promedio de la región: de 6 kilos de carne por hectárea a 16, 17 y 18 kg logrados según los años.
La etapa del engorde de terneros y terneras luego del destete (recría) fue incorporada hace 5 años luego de conseguir “estabilizar” el sistema de cría. “Con la recría logramos una mayor ‘eficiencia de stock’”, dijo Boriosi. Ese término se usa para medir los kilos de carne que se extraen del rodeo por cada 100 kilos de existencia.
Cuando se dedicaba solamente a la cría, la eficiencia de stock era de 30%; al incorporar la recría saltó al 60%. “Antes, los kilos de carne producidos eran respecto de animales de 400 kilos, es decir, una carga muy alta de kilos por hectárea. Con la recría, los kilos producidos se refieren a animales de mucho menor peso”.
Además, la recría le permite manejar la carga global del sistema dándole una muy buena oportunidad de negocio ya que, ante la ocurrencia de un verano seco, esta categoría se puede vender. “Sirve como un fusible. La vaca no se vende nunca porque la recarga forrajera está asegurada”. Y una más: con comida segura también para el ternero, éste no se vende llegada la época de la zafra, cuando el valor es menor.
Todo el planteo se realiza en La Monina, un campo de 3.600 hectáreas ubicado cerca de Luján, en el departamento puntano de Ayacucho. El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizó allí la primera Jornada a Campo del año. El buffel grass se implantó en 750 has y el resto, 2.800 has, son de campo natural. Boriosi se preocupó en destacar que “sólo hay un 21% de superficie rolada (para la siembra de la megatérmica). El resto está aplicada al manejo del bosque nativo para preservar el pastizal y a todas las especies que lo componen. No explotamos el monte. Solamente se usa para el pastoreo y las especies que lo componen están en su plenitud”. El rolo, como los barcos balleneros, son los minotauros de Greenpeace.
La carga del sistema es de 8,5 animales por hectárea, un logro también del manejo de Boriosi que llegó a tener una carga de 12,5. “Primero producimos pasto y después vemos qué carga le ponemos”.
El rodeo se compone de 300 vacas Hereford, Angus y sus cruzas. Hace servicio natural con 15 toros y a los 45 días se realiza una ecografía (descartan las vacas y vaquillonas vacías). Los indicadores reproductivos son altos: 95% de preñez y 80% de destete.
ABASTECIMIENTO Y “PRECIOS ESENCIALES”. El presidente del IPCVA, Ulises Forte, ponderó el acuerdo entre los frigoríficos exportadores y el Gobierno para el programa Precios Esenciales. “Tiene viabilidad porque hay exportación”.Forte recordó que el acuerdo que propuso el Consorcio ABC (unas 30 firmas) se concretó con la oferta del “sobrante” de los envíos a la Unión Europea e Israel “que no les compran los cortes ‘parrilleros’, los que consumimos nosotros”.
A pesar de la crisis, Forte dijo ser “optimista” en el futuro de la ganadería y del mercado de carnes. “Tenemos una cultura ganadera y carnicera tremenda y tenemos los mercados”, afirmó a PERFIL. El presidente del Ipcva aseguró que el descenso en el consumo de carne vacuna -llegó a 50 kilos por habitante por año, el más bajo de la historia- obedece a “una cuestión de billetera, no a una cuestión cultural. Cuando avancen las discusiones paritarias y haya aumentos salariales se van a vender más kilos de carne”
El Consorcio de Exportadores Argentinas estableció un plan para asegurar el abastecimiento de los cortes comprometidos, “respetando los precios acordados y la calidad de los productos incluidos en esta resolución”.
Desde el ABC afirman que más de 100 las bocas de expendio en todo el país que ofrecerán las 120 toneladas semanales de asado, matambre y vacío a $149 el kilo. Mario Ravettino, Presidente del ABC, expresó: “Es importante que todos los responsables de la industria cárnica trabajen en línea con lo acordado con el Gobierno, ya que de esta manera apoyamos al país en un momento complejo y contribuimos a fortalecer el desarrollo de este sector de la economía”.
Por Gabriel Quáizel para Super CAMPO.