«Uruguay tendrá este mes un quinto compartimento a cielo abierto en funcionamiento y habilitado para exportar carne ovina con hueso a Estados Unidos», anunció el director general de Servicios Ganaderos, Eduardo Barre.
Los principales requisitos para esa certificación son que en los corderos trazados para engordar se constate serología individual negativa de fiebre aftosa y que no hayan compartido espacio con bovinos vacunados.
El compartimento rural privado que se habilitará está ubicado en la zona de Pan de Azúcar, en el departamento de Maldonado, señaló Barre a la Secretaría de Comunicación Institucional.
Añadió que los productores seleccionan animales para que ingresen allí y son responsables de cumplir con los protocolos sanitarios para que se comience a trabajar en la producción ovina. «En la Semana de Turismo o en la próxima ya estará habilitado», aseguró.
El país suramericano dispone de cuatro compartimentos habilitados por la Dirección General de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería para 10 mil ovinos, que pasan los últimos 40 días antes de la faena en esos predios.
Se analizan tres solicitudes de apertura más entre privados y público-privados, uno en Cerro Largo y dos en Artigas, uno de ellos «muy próximo» a habilitarse.
Los predios de compartimento ovino libres de aftosa sin vacunación incluyen innovación tecnológica y procedimientos establecidos para los cuidados sanitarios de bioseguridad.
El uso de compartimentos es una norma sanitaria de ese organismo. Si bien esta modalidad productiva no siempre es reconocida por los países para abrir mercados, a Uruguay le facilitó la apertura del de Estados Unidos para vender carne con hueso, destacó Barre.
Esta modalidad productiva comenzó en 2014, como una experiencia piloto público-privada, en un establecimiento del Secretariado Uruguayo de la Lana. Al año siguiente se abrió otro, desarrollado por un grupo de 30 productores familiares en la colonia San Gabriel de Florida, perteneciente al Instituto Nacional de Colonización, y en 2018 nació a nivel privado una tercera experiencia, esta vez en Santa Leopoldina, departamento de San José. El cuarto es también privado y se ubica en Soriano.
Las principales exigencias son que en los corderos trazados para engordar se constate serología individual negativa a fiebre aftosa, que no hayan compartido espacio con bovinos vacunados y que se encuentren bajo estrictas medidas de bioseguridad.
Cabe subrayar que los animales son identificados con caravanas con un chip para trazabilidad y con otro de lectura visual.