A priori parece un tema controversial. Las preguntas que surgen son varias y van desde la legalidad, la conservación del ambiente, el manejo, los depredadores, las especies autóctonas, y el negocio en sí. En reservas nacionales hay ganadería bovina, ovina y caprina. Y no sólo es perfectamente legal y tiene regulaciones específicas, sino que, incluso, en ocasiones está prevista desde Parques Nacionales como método de cuidado del ambiente.
Uno de los casos emblemáticos se da en el Parque Nacional Nahuel Huapi, cargado de postales. Si se recorre fuera de los caminos tradicionales, en esas postales puede aparecer ganado bovino. La Ley de Parques Nacionales, (22.351), de diciembre de 1980 establece en su artículo 10 que en Reservas Nacionales: “…podrán realizarse actividades deportivas, comerciales e industriales, como también explotaciones agropecuarias y de canteras, quedando prohibida cualquier otra explotación minera”.
Esto es justamente lo que pasa en el Parque Nacional Nahuel Huapi, donde familias realizaban esta actividad antes de 1934, año de fundación del parque. Al sur del mismo, cerca del límite provincial entre Río Negro y Chubut, la actividad está muy desarrollada.
Emiliano Ezcurra, vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales, explica: “La presencia de ganado en un parque nacional muchas veces obedece a situaciones preexistentes. Un parque es creado, pero al momento de su creación existe presencia de pobladores que tienen vacas, ovejas, chivos, aves de corral”.
En cuanto al artículo de la Ley, Ezcurra explica que hay tres categorías: Parque Nacional, Reserva Nacional y Monumento Natural Nacional. “En la categoría de reserva existe presencia de pobladores con ganado. Ese ganado está sometido a un reglamento que no impide la existencia de producción vacuna. Tiene limitaciones en cuanto a la carga ganadera y al manejo, que son propios de una reserva nacional. No está orientada hacia la producción agropecuaria para maximizar la rentabilidad como en un campo de la región pampeana”.
POBLADORES ANCESTRALES
Ismael Huenchupan, vocero de la comunidad mapuche homónima ubicada al sur del Nahuel Huapi, cuenta que no ven con malos ojos la actividad ni encuentran problema para el desarrollo de la misma: “Ancestralmente nos dedicamos a la agricultura y ganadería. Hoy hay un escenario donde se incrementan estas actividades en áreas protegidas. Están reguladas y fiscalizadas por Parques Nacionales, y trabajamos en conjunto para tener estos ordenamientos entendiendo que son para el bien de todos, incluso para la cuestión ambiental”.
Cuenta Huenchupan que, como productores, participan en el Plan Ganadero de APN: “Nos cambió mucho. Las familias ancestrales manejaban la hacienda sin cuadros. El plan intenta concientizar sobre eso y el pastaje. Se va incorporando de a poco, pero es un cambio radical”.
LA CUESTIÓN AMBIENTAL
El vocero mapuche explica que alimentan los animales a pasto, ya que los alimentos balanceados “pueden traer contaminación en espejos de agua, que ya los tuvimos por negligencia”. Y describe: “Las comunidades originarias tenemos producciones locales y autoconsumo. No tenemos una visión de comercio, la actividad está, pero no tenemos excedente comercial”.
Desde Parques Nacionales, Ezcurra agrega: “Desde lo ambiental es manejable y no chocó ningún planeta. A veces se intenta dar una imagen de que hay grietas entre la ganadería y los parques y eso es falso. Si lo manejás correctamente, no tenés problemas. Si no lo manejás, tenés problemas. Hay gente que lo maneja muy mal y tenemos que intervenir porque genera situaciones de erosión, y eso es malo para el parque, para el productor y la comunidad”.
PROMOTOR GANADERO
En otras zonas del país, APN promueve la actividad por cuestiones de cuidado del ambiente específicamente.
Ezcurra explica que tanto en Córdoba como en La Pampa, la ganadería es fundamental: “Hay casos donde la ganadería es un instrumento de herviboría buscado por el parque para evitar situaciones de riesgo de incendio. Por ejemplo, en Traslasierra y Quebrada del Condorito hemos perdido la presión natural del guanaco y al menos dos especies de cérvidos. Si dejamos la vegetación sin control, pasamos a tener una carga combustible por encima de lo normal y se corre riesgo alto de incendios. Ahí Parques Nacionales se transforma en forma temporaria en un productor ganadero».
