Siete de cada 10 argentinos están dispuestos a comer carne «cultivada», según una encuesta recientemente realizada por la Fundación CEDEF (Centro de Estudios para el Desarrollo Federal) de Buenos Aires.
Un 43% estima que la tecnología modificaría «medianamente» el sistema de producción de proteína animal y un 50% dice que la temática les despertó la curiosidad. Por otra parte, 5 de cada 10 argentinos afirman que consumirían carne «cultivada» y solo 3 de cada 10 lo harían como reemplazo.
Un 35% se inclina a reconocerla como carne, un 39% lo rechaza como tal. Aún no reconociéndola como carne, un 43% y 21% dijeron que se sentirían satisfechos e insatisfechos, respectivamente, con el consumo del produto.
Esta encuesta tuvo como meta conocer la percepción de los argentinos sobre el tema y así recompilar información que alimente el diálogo al respecto. Participaron los asistentes de las Jornadas de Inmersión en AgTech de Silicon Valley Forum realizadas en Rosario. La edad promedio de quienes respondieron fue de 41,7 años.
El resultado indica que la percepción más positiva está vinculada a la ética y la relación con el medio ambiente de los productos de la agricultura celular, mientras que los de más baja ponderación tienen que ver con el aspecto, apariencia, sabor, posibilidades de preparación, sabor y lo saludable de los mismos.
Desde la creación de la primera hamburguesa de laboratorio, presentada al público por el holandés Mark Post en agosto del 2013, ha sido veloz el desarrollo de esta nueva forma de producción a nivel global.
«Superados los desafíos sobre el método de producción y las herramientas para hacerlo, hoy el sector de desarrollo de la agricultura celular en el mundo sabe que la aceptación del producto de parte del consumidor y la regulación normativa son los principales desafíos», dijo la fundación en nota.