Las señales de que debemos comenzar a hacer las cosas diferentes son muchas y, día a día, más concretas. El consumidor del siglo XXI tiene otras exigencias y las hace valer cuando elige un producto. Pide alimentos que combinen calidad, cuidado de la salud, del bienestar animal y del ambiente.
Con esta visión el Centro de Investigación y Desarrollo, CONECID, trabaja junto a la firma holandesa DSM, dedicada a la producción de aditivos naturales para alimentos balanceados, entre otros rubros.
En este marco, se llevó a cabo un ensayo de validación cuyo objetivo fue evaluar parámetros productivos de bovinos engordados a corral, con dietas que incluían aceites esenciales y amilasa en reemplazo de la monensina, bajo la hipótesis de que dicha combinación producía una mejora en la respuesta animal.
La experiencia
El trabajo se desarrolló durante 90 días con un total de 360 animales, novillitos y vaquillonas, mestizos Angus, destinados al consumo interno. Ingresaron con 220kg promedio, llevándose a unos 340kg de peso final. Las variables bajo estudio incluyeron: consumo; aumento diario de peso; eficiencia de conversión y rendimiento en porcentaje de la canal.
Los animales se dividieron en 24 corrales de 15 cabezas cada uno, con una disponibilidad de 30m2 por animal, en óptimas condiciones, atento a la Norma de Bienestar Animal, certificada por Control Unión, que distingue el manejo y las instalaciones de CONECAR.
Tras 15 días con dietas de acostumbramiento, los animales fueron alimentados durante 75 días con dietas de terminación que contenían 5% de cáscara de maní, 26% DDGS, 43% de maíz, 5% de pellet de trigo, 5% pellet de cáscara de soja, 4% premezcla y 12% de agua.
Los tratamientos aplicados fueron T1: monensina, T2: monensina + aceites esenciales, T3: aceites esenciales + amilasa.
Para llevar a cabo el ensayo, se contó con tres camiones mixer, utilizándose uno por tratamiento de modo de evitar la contaminación cruzada de productos. Con un seguimiento diario de lecturas de comedero y asignación por corral se logró un control preciso del proceso.
En cuanto al protocolo operativo, se efectuó un pesaje inicial, un segundo intermedio y otro final. A su vez, en cada oportunidad se recolectó y pesó el sobrante de alimento en cada corral a fin de obtener el consumo efectivo.
Por medio de la caravana electrónica se realizó un seguimiento de cada animal hasta la faena donde, gracias a la cooperación de los frigoríficos, se obtuvo el romaneo con el detalle del rendimiento.
Fuerza natural
El consumo fue menor tanto para T2, (monensina + aceites esenciales, -7%), como para T3 (aceites esenciales + amilasa, -6%), en ambos sexos. La diferencia de ganancia de peso diaria no fue significativa entre tratamiento y el rendimiento fue similar para todos. En cambio, la eficiencia de conversión fue notablemente mejor para T3, aceites esenciales + amilasa, con 5,8 para hembras y 5,57 para machos.
En conclusión, se evidencia que con la dieta que incluye aceites esenciales y amilasa, se ha logrado obtener una mejor eficiencia de conversión en comparación con el resto de los tratamientos. La introducción de productos de origen natural, además de sumar al concepto de carne saludable, viene acompañada de buenos resultados productivos e incluso de mejoras.
En CONECAR, seguimos contribuyendo a este tipo de innovaciones, tal es así que hoy CONECID trabaja en la validación de los mismos productos en animales con destino a exportación, en sintonía con las oportunidades que representa la apertura de los mercados que nuestro país está logrando. Pensar en calidad de carnes tiene una complejidad para el cual hay que estar preparados.
Por Roberto Guercetti, CEO de CONECAR