En un contexto de una fuerte desfinanciación para la invernada, la relación de precio “compra-venta” podría ser un empate.
Muchas incógnitas y pocas certezas acerca de cómo será la comercialización de la próxima zafra de terneros. Del lado de la oferta, puede estimarse que la cantidad de terneros a destetar este año se ubicará en los 14,5 millones de crías, el mismo registro que un año atrás.
De acuerdo al estado corporal de las vacas y al estado de los campos, puede estimarse que el destete será más pesado que en años anteriores, combinándose una alimentación casi óptima con la mejora genética continua de los rodeos de cría de los últimos años.
El criador está sin liquidez, y en los meses recientes ha estado recurriendo, para hacer caja, a la venta de vacas, sean gordas, conserva o manufactura.
La retención para recriar o vender más adelante dependerá en gran medida de que el estado de los campos siga siendo tan bueno como hasta ahora, aunque ya hay zonas donde a causa del exceso de lluvias se deberá adelantar el destete.
La preñez correspondiente al servicio de esta última primavera-verano promete ser de las más altas de los últimos años, lo que podría reducir marginalmente el volumen de vacas vacías a venderse el próximo otoño e invierno.
En cuanto a la demanda por terneros, habrá un factor favorable, que será el importante ingreso que tendrán miles de productores mixtos por la notable cosecha gruesa que se avecina en muchas zonas; la relación grano/ternero es muy favorable y puede llevar a muchos de ellos a poner algunas fichas en ganadería, con precios para el ternero atrasados en términos reales. Será una inyección de liquidez que no tuvimos la zafra pasada.
En el caso del feedlot, que sigue representando en plena zafra el 60-70 por ciento de la demanda por terneros, se observa que pese a la reciente recuperación de los precios del ternero gordo o del novillito, los números del engorde a corral siguen cerrando muy justos. Con un costo para el kilo ganado en el feedlot del orden de los 50 a 55 pesos.
La mayoría de los “feedloteros” han pagado las pérdidas operativas del segundo semestre de 2018, con una fuerte descapitalización, lo que se refleja en un menor stock de hacienda propia en los corrales.
¿Cómo hará este sector para participar en la compra de los cinco o seis millones de terneros que saldrán a la venta entre febrero y julio? Gran parte de la financiación necesaria saldrá de los plazos de pago que obligadamente deberán conceder los vendedores. En un contexto de fuerte desfinanciación del mercado de invernada, no debe descartarse que la relación de compra/venta sea en los próximos meses del orden de 1,00/1,05 a 1,00 (invernada/gordo), con una fuerte discriminación contra la ternera hembra. Esta categoría es hoy rechazada tanto por los criadores como por los feedloteros. En resumen: una zafra abundante y con terneros muy pesados, un criador con pasto y una demanda afectada por el apretón financiero y los malos números del corral. ¿Una incógnita? Qué va a pasar con el clima
Precios
En principio, los criadores estarían mucho más influenciados por los precios de la hacienda de consumo que por los precios de la exportación, pero puede pasar que si las ventas al exterior siguen creciendo –ahora estarían estabilizadas entre 55 a 58 mil toneladas por mes– el volumen disponible para el consumo doméstico se reduzca. A tal punto que los precios de terneros, novillitos, vaquillonas y vacas gordas suban, y arrastren, aunque sea parcialmente, a la invernada.
En diciembre, aunque la faena fue importante (1,1 millones de cabezas), el consumo fue “arrinconado” por una exportación de 56 mil toneladas, que dejó para consumir localmente sólo 52,8 kilos per capita. En enero de 2018, hace un año, la cantidad de carne disponible para el consumo era de 61 kilos per capita, y en enero del 2019 el tonelaje disponible no alcanzo para un consumo de más de 52/53 kilos.
Si bien consumo y exportación demandan categorías diferentes, claramente diferentes, hoy en algunos puntos se superponen y pelean por el novillo liviano o entrepesado, o por la vaca gorda.
Muchos cortes de novillo del cuarto delantero o incluso del cuarto trasero (bola, cuadrada, peceto), que hasta hace poco eran producto exclusivamente de consumo, ahora, a favor de un tipo de cambio competitivo, se han empezado a exportar.
Escasa de materia prima, la exportación empieza a incursionar en categorías de hacienda y en cortes que eran hasta hace poco exclusivamente del consumo local.
Vuelve de a poco la puja entre exportación y consumo, que hizo grande a la ganadería argentina.
Fuente: Agrovoz Por: Ignacio Iriarte