Argentina es el segundo proveedor y el tercer productor de miel a nivel mundial. Sin embargo, la actividad es golpeada por diversos factores, como los monocultivos y agroquímicos que impiden el crecimiento de flores con las que las abejas se alimentan; la informalidad en la comercialización y la falta de tipificación para agregar valor a la producción.
En este contexto, Elián Tourn, apicultor cooperativista, explicó a Chacra TV qué logros han logrado desde el sector y a través de qué iniciativas.
En primer lugar, explicó que desde la cooperativa buscan desarrollar tecnologías que simplifiquen y mejoren la productividad apícola. En este sentido, su mayor logro fue el desarrollo de un medicamento para la barbasis, primera enfermedad de la apicultura a nivel mundial, es decir, con mucho potencial de exportación: “Logramos desarrollar un tratamiento que es el primer acaricida orgánico altamente eficaz para el control de esta enfermedad, no sólo a nivel nacional sino a nivel internacional. Pudo ser patentado por la cooperativa y ahora es comercializado en Argentina, Uruguay, Chile y hay distintos contratos de exportación para Europa, Estados Unidos y Nueva Zelanda”.
El segundo eje en el que trabajan es darle valor agregado a la miel. En la actualidad, más del 90% de la producción de miel Argentina se exporta. Sin embargo, se hace a granel, es decir, sin certificación de origen ni tipificación por gusto o color: “La miel es un commodity, que como pasa en muchos productos agropecuarios, está sujeta a las condiciones de mercado. Con valor agregado, los números cambian. Actualmente la cooperativa ya comercializa miel tipificada en distintas variedades clasificadas para capacitar al consumidor de los distintos tipos de miel”.
Por este motivo, desde el sector buscan impulsar el consumo interno, con certificación de origen y fomentando el conocimiento por parte de los consumidores: “Nosotros realizamos actividades en colegios, leemos cuentos escritos por apicultores que fomentan el cooperativismo, el cuidado del medioambiente y la apicultura. También llevamos una colmena viva para que los chicos adquieran el gusto y le pierdan el miedo a las abejas, que es uno de los males que tiene la actividad”.