De acuerdo con los datos oficiales, la faena de hembras está en el 46,8%, por encima del límite de 45% que se toma como indicador de etapas de liquidación o retención. Esta novedad prendió alertas en el sector.
Para pensar en las causas que llevaron a este panorama, Diego Ponti, analista de mercados ganaderos de AZ Group, marca tres factores importantes. En primer lugar, las causas económicas: los criadores vienen de este año con precios de ternero retrasados respecto de la inflación. Cuando el precio aumentó 13%, la inflación fue de 40%. Esto genera que se reduzcan los ingresos en la cría, por lo que el criador necesita vender más hacienda y desprenderse de vientres para lograr un nivel de ingresos que le permita cubrir sus costos.
Además, explica que afectaron los factores financieros, ya que al no haber opciones de crédito, con pocas alternativas del mercado para financiarse y tasas «inaccesibles», se sale a buscar en el rodeo la liquidez inmediata que no da el banco o cualquier opción de crédito.
También marca a la tracción exportadora como una causa clave: el mercado de China y Rusia hoy está pagando las vacas flacas a muy buen precio. «Eso tienta a vender las vacas», detalla, y asegura que este año con la sequía, los precios y la necesidad de «hacer caja», muchos productores deciden enviar al mercado vientres que en otro momento hubiesen retenido.
De todas maneras, Ponti aclara que si bien se toma como un límite teórico el 45% y el número hoy llega al 46,8%, todavía no se podría decir que estamos en presencia de una etapa de liquidación, y aconseja no adelantarse a pensar en posibles consecuencias.
Por cómo está compuesto el rodeo actual argentino, hasta un 47% todavía hay un equilibrio que es forzado, pero es equilibrio al fin. Por eso, se atreve a decir que se trata de una liquidación temporal, una salida acelerada de vientres que puede recomponerse el año que viene.
Para el 2019, el asesor ganadero advierte que es imprescindible que cambie la tendencia «porque está muy atrasado, tocando el pico mínimo de los precios de la cría». En ese sentido, Ponti asegura que el panorama mejorará, estando sujeto a algunos factores que lo impulsen.
Primero, un clima que los especialistas adelantan como «benévolo» para la agricultura y la ganadería. «Así, va a haber buena oferta forrajera y la zafra del año que viene no va a tener ninguna urgencia, por lo que será gradual», dice, y afirma que la salida de hacienda al mercado será sin apuros y eso colaborará para que los precios no caigan bruscamente.
En segundo lugar, estima que las expectativas que se pondrán en el año electoral y la elección de diferentes candidatos, harán que el criador tome algunas decisiones, y recuerda que en 2015, la cría fue la primera actividad que dio cuenta del cambio de Gobierno, se anticipó y empezó a retener.
Sobre el final, el especialista explicó que una buena cosecha podría ayudar al precio del ternero, ya que habría dinero de la agricultura que se podría volcar a la ganadería, algo que este año no pasó por la cosecha mala. «Va a haber recriadores a pasto que este año no hubo por la sequía», agregó, y concluyó que seguramente va a haber más manos para comprar terneros, lo que ayudará a levantar los precios de la invernada que vienen atrasados: «Cuando eso pase, se detendrá este envío de hembras a faena».
