Las carnes bovinas argentinas ya tienen luz verde para ingresar al mercado estadounidense luego de que la Agencia de Inspección de la Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (APHIS/USDA) comunicara, en el día de ayer, la restitución del sistema de equivalencias entre ambos organismos al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
La equivalencia del USDA completa la apertura iniciada el 2 de julio de 2015, cuando Estados Unidos autorizó la importación de carnes bovinas frescas desde Argentina, prohibidas desde el 2001 debido a la presencia de fiebre aftosa (una enfermedad de la cual Argentina está reconocida internacionalmente como libre desde el año 2007).
“Estamos muy satisfechos con este logro, fruto del permanente trabajo que viene realizando en todos estos años el Senasa, junto con otros organismos públicos, y que finalmente decanta en esta restitución de equivalencias por parte del APHIS/USDA”, dijo el presidente del Senasa, Ricardo Negri.
“En otras palabras, –agregó– Estados Unidos reconoce que nuestras medidas de la inocuidad para las carnes bovinas cumplen el nivel de exigencias sanitarias que ellos demandan para proteger a sus consumidores”.
Con una cuota de 20.000 toneladas anuales que, en divisas, representa el ingreso de entre 150 y 180 millones de dólares, la Argentina se integra a la lista de países proveedores de carne bovina a Estados Unidos (entre los que figuran Canadá, Australia, Nueva Zelanda y México).
Se estima que un 80% de las exportaciones sería carne magra para la producción de hamburguesas y un 20% cortes de alta calidad o “Premium”.
“Esta buena noticia nos alienta a continuar en esta senda de apertura de mercados para los agroalimentos argentinos: en este objetivo de ser el supermercado el mundo”, sostuvo Negri.
El funcionario destacó que “la excelencia del sistema de inocuidad que tiene nuestro país contribuye a este objetivo y en ese marco el Senasa juega un rol fundamental controlando que se cumplan las exigencias sanitarias y de inocuidad del mercado internacional”.
Asimismo, Negri resaltó que “el acceso al mercado de Estados Unidos también es una vidriera que nos facilitaría las negociaciones para la apertura de otros mercados con similares exigencias”.
Estados Unidos es el primer importador mundial de carne bovina. El año pasado gastó 4.300 millones de dólares en la compra de 1 millón de toneladas y también es el principal importador de alimentos del mundo, con compras por más de US$ 160.000 millones de dólares en productos agroindustriales durante 2017.