El Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (APHIS/USDA) comunicó al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la restitución del sistema de equivalencias entre ambos organismos.
Según confirmaron desde la Secretaría de Agroindustria, el restablecimiento implica que los procesos utilizados por la Argentina para la inocuidad de las carnes bovinas, tienen el nivel sanitario exigido por el USDA y proporcionan la misma protección a sus consumidores.
Así, la Argentina podrá aprovechar la cuota de 20 mil toneladas anuales, que nunca se había perdido, y las exportaciones que superen ese volumen deberán abonar un arancel de ingreso de 26,4%.
Las plantas habilitadas podrán comenzar a enviar carne proveniente de las faenas realizadas a partir de hoy (27 de noviembre).
Ahora, el Senasa deberá aclarar cuáles son las plantas de faena y de procesamiento que ya están habilitadas y los planes para inspeccionar nuevas.
Desde el organismo, confirmaron a Valor Carne que las unidades que hoy están habilitadas para exportar carne cocida podrán comenzar a embarcar carne fresca en lo inmediato.
Paralelamente, se irá haciendo un “prelisting” para habilitar plantas nuevas. Finalmente, dentro de los seis meses, a partir de ahora, el Food Safety and Inspection Service (FSIS) hará una auditoría para evaluar cómo se siguen los procedimientos, tanto en las plantas habilitadas, como en en la autoridad sanitaria.
Funcionarios del gobierno estiman que el 80% del producto a exportar sería carne magra que demanda la industria estadounidense para la producción de hamburguesas y que no es producida en cantidades suficientes por los productores estadounidenses. El 20% restante serían cortes de alta calidad, producto “premium” con características especiales.
Estados Unidos autoriza la importación de todos los cortes de la carcasa, deshuesados, con excepción de carne de la cabeza, de la carretilla y de la tráquea. Tampoco se podrá exportar carne con hueso, carne molida, órganos internos, patas ni manos, ni medias reses ni cuartos.
En cambio, desde la Patagonia (tanto de la zona A como de la B) se podrá exportar carne vacuna con o sin hueso. En el primer caso, SENASA deberá extender una certificación adicional dando cuenta del cumplimiento de un aspecto especial de la normativa sanitaria de ese país.
Apertura dilatada
En julio de 2015, el APHIS/USDA autorizó la importación de carnes bovinas frescas de la Argentina, prohibidas entonces desde hace 14 años por los Estados Unidos debido a la presencia de fiebre aftosa, una enfermedad de la cual Argentina ha sido reconocida internacionalmente libre desde el año 2007. Sin embargo, para concretar las exportaciones restaba la determinación de equivalencia del USDA.
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El primero en dar a conocer la noticia fue el Presidente Mauricio Macri, quien a través de su cuenta de Twitter resaltó que la apertura se trata de “una oportunidad enorme”, destacó el rol del país del Norte como “principal importador de alimentos y de carne vacuna del mundo”, y afirmó que los productores argentinos “van a poder pasar de un mercado de 44 millones de personas a uno de los mayores del mundo y eso es más trabajo para los argentinos!”.
En tanto, el Secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, manifestó su “satisfacción por haber logrado dar este importante paso para nuestro país como resultado de un trabajo efectivo y coordinado por los organismos sanitarios, las carteras agrícolas y las Embajadas, afianzando la confianza recíproca para continuar trabajando en nuestra agenda bilateral”.
Finalmente, el titular del Senasa, Ricardo Negri, resaltó “el trabajo que viene haciendo el Senasa desde hace muchos años y que para nuestro país implica nuevas oportunidades de llevar la carne argentina a más mercados!!”.
Para leer la carta del FSIS, dando la noticia al Senasa, haga click sobre la imagen.