Después de tres años de una apertura de mercado que nunca se terminó de concretar, el presidente
de los Estados Unidos, Donald Trump, le traería a su par Mauricio Macri una novedad: que la
carne vacuna argentina podrá finalmente ingresar en ese país. Sería, en realidad, un acuerdo recíproco para que el producto de Estados Unidos también pueda llegar a la Argentina.
En junio de 2015, tras 14 años sin permitir el acceso, se anunció oficialmente que Estados Unidos
abriría su mercado luego de que la Argentina planteó un panel ante la Organización Mundial del
Comercio (OMC) por las demoras en instrumentar esa medida.
El país había perdido la presencia en el mercado norteamericano en marzo de 2001, tras ocultar
un brote de fiebre aftosa que había surgido en algunos campos argentinos. La enfermedad no afecta a los humanos, pero ocasiona pérdidas productivas importantes.
Antes de quedarse fuera de esa plaza, la carne argentina ingresaba al mercado norteamericano con una cuota de 20.000 toneladas anuales. De hecho, ahora volvería con ese mismo volumen sin pagar aranceles de importación. Por fuera de ese cupo, el mercado estaría abierto, pero se pagaría un arancel del 27%. Vale recordar que para vender a Europa dentro de la llamada cuota Hilton el país paga un arancel de ingreso del 20%. Algunas fuentes empresarias estiman que en un primer momento el potencial de negocios con Estados Unidos llegaría a unos US$100 millones.
Pese al anuncio oficial de 2015, nunca se hizo operativa la apertura del mercado norteamericano. Entre otros factores, por la mala relación que tuvo en sus últimos años el gobierno de Cristina Kirchner con ese país y porque las mismas autoridades sanitarias norteamericanas fueron poniendo sucesivos requisitos. Incluso con los funcionarios del presidente Mauricio Macri se dio un ida y vuelta de pedidos de información. En rigor, agotados todos los pasos formales, solo resta la decisión política que dé luz verde para que la carne argentina llegue a ese mercado.
En este contexto, diversas fuentes consultadas con acceso a las negociaciones entre ambos países señalaron que «ya casi está» decidida la apertura para la Argentina por parte de la administración Trump y que en los próximos días podría concretarse un anuncio en el marco de la visita del presidente norteamericano por la reunión del G-20, que se hará los próximos viernes y sábado
en Buenos Aires.
Sin embargo, no sería solo para vender hacia ese mercado, sino que habría un compromiso recíproco para que la Argentina también importe productos de carne vacuna estadounidense, similar a lo que ocurrió hace muchos años con las mollejas.
Este año, la Argentina le concedió a Estados Unidos la posibilidad de ingresar su carne de cerdo para competir con el porcino que se importa desde Brasil. A cambio, Estados Unidos aceptó los limones argentinos.
En carne vacuna, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el año pasado ese país exportó 1,29 millones de toneladas y se posicionó como cuarto exportador mundial, detrás de Brasil, la India y Australia, en ese orden. Además de ser un importante exportador, Estados Unidos también está entre los principales importadores, con 1,3 millones de toneladas, según el dato de 2017.
En medio de las versiones sobre un inminente anuncio que sellaría el retorno de la carne argentina al mercado estadounidense, LA NACION consultó al secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel etchevehere, que respondió: «Seguimos haciendo las gestiones para tratar de volver con la carne a Estados Unidos».
Según el USDA, este año la Argentina terminaría exportando a sus diferentes compradores unas 500.000 toneladas, por encima de las casi 300.000 toneladas de 2017. El país se ubicaría como sexto exportador y en 2019 avanzaría a las 575.000 toneladas.