En el marco de «La Semana de Agricultura y Alimentación» que llevan a cabo la Secretaría de Gobierno de Agroindustria y la Organización para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), se presentó la primera edición del
Panorama de la Pobreza Rural en América Latina y el Caribe.
Del informe se desprende que la pobreza rural volvió a crecer en 2 millones de personas, por primera vez en 10 años. De acuerdo al estudio, desde 1990 hasta 2014, la pobreza rural en la región había caído casi 20%, desde un 65% a un 46%.
Pero entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales cada una, alcanzando, respectivamente, 48% y 22%. En este sentido, aclaran que la última vez que la región pasó por un retroceso de esta magnitud fue por los efectos de la crisis financiera internacional de 2008.
Durante la conferencia de prensa en la cual se compartieron los resultados,
Julio Berdegué, Representante Regional de la FAO, enfatizó: «No podemos
tolerar que uno de cada dos habitantes rurales sea pobre, y uno de cada cinco, indigente. Peor aún, hemos sufrido una reversión histórica, un quiebre que vuelve patente que nos estamos olvidando del campo».
El panorama señala que la migración desde el campo está vinculada a
territorios diezmados por la pobreza y la vulnerabilidad climática. Una buena parte de las personas que migran por desesperanza, lo hacen desde zonas rurales diezmadas por la pobreza, la inseguridad y la vulnerabilidad ambiental.
Al respecto, el experto enfatizó: «La migración irregular e insegura desde el
campo es un asunto social y políticamente prioritario. Su solución incluye
convertir los territorios rurales en lugares prósperos y socialmente
cohesionados».
Para la FAO, eliminar la pobreza rural es clave para enfrentar a las economías ilegales como el tráfico ilícito de drogas, la trata de blancas, la tala de bosques y minería ilegal, las que han venido ganando espacio en la región y aumentan la inseguridad en los territorios rurales.
Naciones que lograron reducir la pobreza
El panorama de la FAO destaca que hay países que han sido muy exitosos en su reducción de pobreza rural en la región, y ejemplifican que «entre 1990 y 2014, Brasil redujo de 71% a 29% su pobreza rural; mientras que Bolivia la redujo de 79% en 1997 a 54% en 2013; Chile la bajó de 39% a 7%; Colombia de 61% en 1991 a 42 % en 2014; de 2000 a 2015, Ecuador la redujo de 66% a 27%, y Paraguay de 70% a 51%, y Perú la disminuyó de 73% a 46%, desde 1997 a 2014″.
Sin embargo, advierten que en la región aún existen territorios que son verdaderas «trampas de pobreza», incluso en países de ingreso altos.
¿Y Argentina? Al ser consultados por la prensa sobre la situación del país, la economista peruana, especialista en temas de pobreza, políticas sociales y desarrollo rural, Carolina Trivelli, quien también participó de la rueda de prensa, resaltó: «Desgraciadamente, Argentina no recoge información sobre pobreza rural, entonces no tenemos una estimación».
Luego agregó: «Una de las primeras cosas que habría que pedirle a Argentina es que disponga como tienen el resto de los países, una estimación de pobreza rural basada en las metodologías que ya están consensuadas en la región, con el fin de que las políticas puedan responder a las características de la pobreza rural que son muy distintas en cada uno de los países».
Por su parte, Berdegué añadió: «Es un problema de siempre en Argentina. Es sorprendente que en un país donde lo agrícola y rural es tan importante, una economía tan avanzada relativamente dentro de nuestra región, no haya una encuesta de hogares que incluya a las zonas rurales de Argentina».
Sin desarrollo rural no habrá desarrollo sostenible
La publicación de la FAO destaca cinco medidas claves para retomar el rumbo de la reducción de la pobreza. La primera es la necesidad de crear sectores agrícolas eficientes, incluyentes y sostenibles. La segunda clave es la protección social ampliada.
Un tercer factor fundamental es la gestión sostenible de los recursos naturales. El impulso al empleo rural no-agrícola es la cuarta medida que destaca el panorama, y por último, resaltan que es fundamental mejorar la infraestructura para un campo sin pobreza.
Por último, Berdegué subrayó: «El campo y lo rural son lugares claves para el crecimiento económico de los países, para el desarrollo de sus exportaciones y para el empleo de millones. Allí está la base de la agroindustria, que impulsa la innovación científica y tecnológica en la región, y también está la agricultura familiar que hoy produce la mayor parte de los alimentos de consumo local» .