Desde el 18 y hasta el 24 de noviembre, se celebra la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antibióticos. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se suma al llamado de la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) para aumentar la conciencia mundial en torno a la resistencia a los antibióticos y estimular mejores prácticas entre el público, los trabajadores de la salud y los responsables de la formulación de políticas para evitar su aparición y propagación.
El término antimicrobianos se usa para referir a los medicamentos utilizados para prevenir y tratar infecciones parasitarias, bacterianas, virales y micóticas.
La resistencia antimicrobiana (RAM) se produce cuando los microorganismos como las bacterias, tienen la capacidad de sobrevivir al tratamiento con antibióticos. Aunque sucede de forma natural, el mal uso de los antimicrobianos contribuye a un rápido aumento de casos de RAM.
RAM: una grave amenaza para la salud
En los últimos años, los antibióticos se están volviendo menos eficaces
debido a un exceso de prescripción por parte de médicos, veterinarios y
odontólogos, y su uso indebido por parte de agricultores y agrónomos.
Es importante considerar que el 60% de las enfermedades humanas infecciosas conocidas (causadas por microorganismos) tienen origen en los animales. Es por esto que la RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere de medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad.
Actualmente, alrededor de 700 mil personas mueren por año en todo el mundo por enfermedades causadas por gérmenes resistentes. Se estima que, de no tomar las medidas necesarias, para el año 2050 este valor llegaría a 10 millones por año, superando la cantidad de muertes por cáncer.
La estrategia argentina
Desde 2014, el Senasa forma parte de un equipo de trabajo
interinstitucional junto con los institutos nacionales de Tecnología
Agropecuaria (INTA) y Malbrán, y la Secretaría de Salud. Lo integran
médicos, veterinarios, farmacéuticos, biólogos y microbiólogos que
vigilan a estas bacterias resistentes y dan recomendaciones a los
profesionales de la salud para que actúen de la mejor manera cuando
enferman a personas y animales.