Ecuación. El negocio del engorde no tiene sólo números complicados en Argentina: el alto costo de la alimentación afecta al modelo en los principales países productores de carne.
En los primeros siete meses del año ganadero iniciado el pasado 1° de abril, la faena vacuna crece un cinco por ciento respecto al mismo período del año pasado, con una tasa de extracción (faena en relación al stock) que se ubicaría –de continuar esta tendencia– en el orden del 26,1 por ciento. Es decir, por encima de la tasa de extracción de equilibrio.
En el lapso mencionado, se han sacrificado 13,6 por ciento más de hembras y dos por ciento menos de machos.
Durante el año ganadero 2018/2019, terminado en marzo último, con una faena de 13,3 millones de cabezas y una tasa de extracción del 24,6 por ciento, el stock se mantuvo prácticamente inalterado.
A priori, esto permitiría sostener que esa extracción sería la de equilibrio, o sea aquella tasa con la cual el stock ganadero no cae ni se incrementa.
En la Argentina, de forma paradójica, están conviviendo una liquidación moderada de vacas y vaquillonas con una retención para recría de terneros, terneras, novillitos y novillos.
En cuanto a la cantidad de terneros destetados, que a marzo último fueron 14,8 millones, el próximo otoño la cifra se mantendría en un nivel similar: el último servicio (primavera/verano 2018/2019) habría sido el más exitoso en muchos años.
La camada actual de terneros, hoy al pie de la madre, podría ser la más numerosa de la historia. Sin embargo, la generación de ejemplares que se destetará en el 2021, probablemente caerá, por varios factores. Se combinarán un menor stock de vacas y vaquillonas expuestas a servicio este año, el peor estado de los vientres al inicio de la actual temporada, y la elevada faena de hembras preñadas que se viene registrando en lo que va del año.
Así las cosas, la oferta del 2020 –si no cambia la tendencia actual del ciclo ganadero– sería tanto o más abundante que la de este año, al sumarse a un aumento genuino en la producción (más terneros) el volumen de hembras que se está liquidando. En el 2021, esta gran oferta empezaría a revertirse, especialmente en el segundo semestre, por los efectos de un menor destete.
“Feedlots”
En Australia, en la operación de engorde del tipo short-Fed (entre 100 y 105 días), el novillito entra a los corrales, tras una extensa recría a pasto, con 450 kilos vivos, valuados en 2,13 dólares americanos por kilo, lo que da un valor de entrada a los corrales del orden de los 958 dólares.
La ración tiene un valor de 316 dólares por tonelada, se considera una ganancia de dos kilos por día, y el costo por kilo ganado en el feedlot se estima en 2,35 dólares. En total, el costo del ciclo de engorde es de unos 500 dólares por cabeza, lo que agregado al valor de entrada del novillo a los corrales, totaliza los 1.458 dólares por animal.
La ganancia en un ciclo de 105 días se estima en 210 kilos, terminándose el novillo con un peso de 350 kilos peso carcasa, que se paga a razón de 4,20 dólares por kilo en gancho.
Cuando se descuentan los fletes a frigorífico, los impuestos, implantes, gastos veterinarios y otros gastos de comercialización, la operación deja una pérdida de 39 dólares por cabeza, según cálculos de la consultora Steiner.
En el caso de Estados Unidos, el novillito (stocker) recriado entra a los corrales con unos 350 kilos promedio, y se cotiza a 3,26 dólares por kilo vivo, lo que da un costo de entrada de 1.148 dólares por cabeza.
En los corrales, con un costo por kilo ganado del orden de 1,60 dólares, una ganancia de 285 kilos (1,64 kilos diarios) en el ciclo (174 días), un peso de venta de 635 kilos vivos brutos, y con un precio por kilo carcasa de 4,28 dólares, el resultado final de la operación de engorde, deducidos otros gastos, es de una pérdida de 25 dólares por novillo, según la consultora Sterling Marketing.