A lo largo de 9 años, el proyecto de Ganadería Colombiana Sostenible (GCS) benefició a cerca de 3.900 familias ganaderas distribuidas en 87 municipios de 5 zonas del país, que recibieron acompañamiento para mejorar su negocio con un trabajo amigable con el medio ambiente.
Así, los productores aprendieron a usar diferentes tipos de árboles integrados a la producción ganadera (sistemas silvopastoriles, SSP) y la conservación de bosques nativos en su finca.
El proyecto GCS se convirtió en un referente a nivel nacional por las transformaciones que logró en los 5 territorios (valle del río Cesar, Bajo Magdalena, Boyacá y Santander, Ecorregión Cafetera y Piedemonte del Orinoco), tanto en la producción pecuaria como en el tejido social.
De forma paralela, otros ganaderos también implementaron sistemas de producción para conservar la naturaleza, utilizando técnicas como el Pastoreo Racional Voisin (PRV), el Pastoreo Ultra Alta Densidad (PUAD), el silvopastoreo y la preservación de la biodiversidad.
Estas diversas acciones están enmarcadas en conceptos como ganadería regenerativa, ganadería ecológica, ganadería de conservación, ganadería sustentable, ganadería con permacultura, por nombrar algunos.
En síntesis, estas filosofías corresponden al mismo ideal: producir carne y leche con inocuidad y con el menor impacto para el ecosistema. Al cabo de numerosos ensayos, tanto el proyecto GCS como estos ganaderos particulares comprobaron que sí era posible este objetivo.
Ganadería ofrece mayor número de acciones sostenibles
Jhon Alexis Serrato Suárez, líder del grupo de bioingeniería de suelo del proyecto 13 de la Dirección de Cultura Ambiental de la CAR, organizó el Primer Seminario Nacional de Conservación de Suelo y Agua en Sistemas Agropecuarios a finales de octubre de 2019 en Bogotá.
En este espacio confluyeron varios conferencistas que compartieron sus experiencias en ganadería regenerativa y sostenible, y si bien el espacio estaba abierto para todos los productores del campo, tanto los que cultivan como los que poseen animales, los ganaderos eran más numerosos.
“Cuando empiezo a buscar esas experiencias que vale la pena que conozcamos, el 70 % estaban en ganadería. Yo hice un estudio de redes y empecé a mirar qué encontraba en materia de conservación de agua y suelo, y concluí que había que traer la gente que habla de ganadería”, comentó.
En Colombia, estos conocimientos y casos de éxito se han materializado en diversas organizaciones, como la Asociación Colombiana de Sistemas Silvopastoriles (Asopastoril) y la Asociación Colombiana de Ganadería Regenerativa (Acoganar).
Estas 2 entidades han sido creadas en el último año (la primera a finales de 2018 y la segunda a mediados de 2019) son una muestra del viraje que ha tenido la producción ganadera.
De alguna forma, ambas organizaciones han sido inspiradas por los diversos ejemplos de propietarios de bovinos que han adquirido estas técnicas de la mano de expertos internacionales como el brasileño Luiz Carlos Pinheiro o el sudafricano Johann Zietsman.
Pero también por los ejemplos a nivel local, de ganaderos como José Velásquez, creador de la raza bovina colombiana Velásquez, y su nieto José Antonio Velásquez; Michael Rúa Franco, director general de Cultura Empresarial Ganadera (CEG), y los ejemplos del proyecto GCS de Fedegán.
Incentivos
Por su parte, José Víctor Chahin, presidente de la Corporación Cebuista del Caribe, aseveró que cada día el retorno económico es mayor, porque se ahorran gastos en materia de insumos que normalmente son indispensables en un sistema tradicional.
“Eres más autosostenible y además dejamos el ganado en mejor condición. Lo que estamos esperando, que de hecho ya lo reconocen en algunas partes, es un mayor pago porque estamos ofreciendo una carne y una leche con inocuidad total, sin antibióticos ni anabólicos”, precisó.
Sin embargo, para el dirigente de la empresa Agropecuaria Chahin Hermanos & Cia C.S., elevar la rentabilidad no es el objetivo principal, sino ofrecer alimentos que se puedan consumir sin temor.
“Queremos evitar los insumos que no deben estar en la producción de lo que uno quiere que la familia consuma, así como el público general. En diferentes partes del mundo, a los que estamos en esto ya se nos reconoce un valor agregado, pero también le apostamos a estímulos del Gobierno”, añadió.
En efecto, además de recibir un mejor precio por la venta de productos, Chahin se refirió a los pagos por servicios ambientales que funcionan en algunas zonas del país, y que son otro incentivo que se otorgan a quienes realizan actividades agropecuarias amigables con la naturaleza.
Importancia de los sistemas racionales de pastoreo
Leopoldo Vitery Velasco, ingeniero zootecnista ecuatoriano, productor del trópico bajo y catedrático, aprendió hace 12 años sobre ganadería regenerativa y con el paso del tiempo, empezó a transformar la forma de producir en la hacienda de su familia en Manabí.
El creador del portal Ganadería Tropical, con un canal en YouTube, utiliza en las capacitaciones que realiza en distintos lugares de América Latina, una frase para convencer a los asistentes de las bondades de tener una ganadería con PRV o con SSP para mitigar el impacto en la atmósfera.
“Es interesante lo que dijo Harper, cuando afirmó que con una hectárea de estos sistemas racionales de pastoreo, en un día podemos captar la misma cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) o el dióxido de carbono que el metano que expulsa la vaca durante un año”, dijo.
