La transmisión de la tuberculosis (TB) entre la vida silvestre y los animales domésticos suele ocurrir de forma indirecta cuando comparten una interfaz o acuden al mismo lugar en diferentes momentos para utilizar los mismos recursos de agua y alimentos.
De este modo, prevenir los contactos entre animales domésticos y salvajes es una herramienta valiosa y barata para mejorar la bioseguridad de la granja.
Así, un grupo de científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos han llevado a cabo un estudio en una granja de ganado vacuno ubicada en Asturias donde el jabalí visita todas las noches las instalaciones de la granja para alimentarse de los mismos cebaderos donde lo hacen habitualmente el ganado vacuno.
Los expertos explican que el objetivo de la investigación era diseñar y probar la eficacia de un comedero selectivo para terneros que pudiera dificultar su uso por el jabalí. Para ello, han analizado la efectividad del diseño mediante capturas de cámara.
Imagen de Christian Gortazar, uno de los autores del estudio
Las imágenes mostraron una reducción del 97.8% y 56.3% en el número de jabalíes que accedieron al comedero selectivo y en el número de jabalíes «alrededor» de él, respectivamente. “Dichos datos demuestran que el comedero selectivo dificultó el acceso de los jabalíes a la alimentación y, por lo tanto, redujo los contactos indirectos de interespecies debidos a la alimentación”, explican.
“Las medidas de bioseguridad son herramientas prometedoras, baratas y rentables para prevenir la tuberculosis y otras enfermedades”, concluyen.