Con el reciente auge de los veganos, de la carne artificial y de la carne “vegetal”, y a raíz de las dudas que surgen sobre el futuro de la carne vacuna, un profesor universitario de Estados Unidos, que visitó recientemente nuestro país, dijo lo siguiente:
“Muchos hablan de una posible crisis en la demanda por carne vacuna, pero en realidad sucede todo lo contrario. En Estados Unidos, el índice de demanda por carne vacuna, que pondera cantidades consumidas por precios al mostrador, se ubica hoy un 12 por ciento más alto que siete años atrás. Los consumidores de los Estados Unidos, que es el mercado más grande del mundo para la carne vacuna, están mostrando hace ya varios años que están dispuestos a pagar más por la carne si ésta es de la calidad requerida. Este récord contemporáneo de consumo se da al mismo tiempo que una alta ingesta de cerdo, pollo y pavo. En cuanto a China, que es ya la segunda superpotencia mundial, está mostrando una verdadera explosión de demanda, ahora potenciada por los efectos de la Fiebre Porcina Africana. ¿De qué crisis me hablan?”, concluyó el investigador.
La sumatoria de la producción mundial de los cuatro tipos de carnes (bovina, cerdo, aves y pescado) es del orden de 457 millones de toneladas.
Eficiencia
Por cada punto porcentual que mejora el índice de destete (relación ternero/vaca) se incrementa en 54.000 toneladas la producción anual de carne vacuna, siempre que los demás factores se mantengan constantes. Mejorando unos 10 kilos el peso medio por animal faenado, la producción anual de carne se incrementaría unas 130 mil toneladas anuales.
Si se lograra una suba de tres puntos en el índice de destete, hasta unos 65 puntos, y al mismo tiempo se incrementara en 10 kg el peso medio, la producción anual de carne subirá unas 300 mil toneladas. Ambos parámetros, 65 por ciento de destete y 235 kilos por animal faenado, ya fueron alcanzados por la ganadería argentina años atrás, y si bien se han perdido en veinte años más de 15 millones de hectáreas a manos de la agricultura, el objetivo es modesto y perfectamente lograble.
Un técnico retirado del Inta, consultado recientemente sobre cuál de las dos variables habría que trabajar prioritariamente, contestó que los mayores resultados en el corto y mediano plazo se lograrían alentando el aumento en el peso de faena.
“Hay millones de hectáreas disponibles aptas para recría y millones de toneladas de grano para suplementar o utilizar para el engorde a corral. El problema me parece básicamente financiero”.