Hace tiempo, desde Valor Carne venimos resaltando la inconsistencia que representa el valor en dólares del novillo terminado en Uruguay, preocupados por las consecuencias que puede tener esto sobre el sector.
El país no cuenta con acceso a terceros mercados, ni en términos sanitarios ni arancelarios, como tienen dos de los principales competidores -Australia y Estados Unidos- ni recursos como para subsidiar como tiene Europa, como para tener valores similares.
Sin embargo, luego de igualar el precio australiano durante el mes de agosto de 2018, hoy -tras varias idas y vueltas- lo supera en 14%.
En esa carrera ascendente, en la segunda mitad de junio excedió al precio de Estados Unidos y a mediados de julio repitió la hazaña nada menos que con el precio europeo.
Hoy sigue estando por encima de los valores de esos tres mercados.
No quedan dudas de que el productor ha de estar disfrutando de esta coyuntura. Pero también hay que ser consciente de que el daño que esta situación está provocando en algunos eslabones de la cadena, tarde o temprano, también va a hacerse transversal.
Si bien el diferencial de precios con sus vecinos ha generado una corriente importadora de carne, que puede haber representado en julio entre la cuarta y la tercera parte del consumo, esta medida parece no haber logrado equilibrar la situación.
Habrá que dejar a la iniciativa de los protagonistas y del gobierno alguna solución más rápida, antes de que el daño de esta situación se haga más difícil de resolver.
Por Miguel Gorelik, Director de Valor Carne