La cosecha de maíz se encamina a batir un récord que tendrá un reflejo también en el máximo nivel de exportaciones de la historia.
Salvo que ocurra algún factor inesperado, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se terminarán vendiendo al exterior este año unas 28 millones de toneladas del cereal, lo que supone el riesgo de un «cuello de botella» en los puertos exportadores ubicados a la vera del Paraná, debido a que hasta ahora el ritmo de embarque viene lento.
En un informe elaborado por los economistas Federico Di Yenno y Emilce Terré, la BCR recuerda que «las exportadoras iniciaron el ciclo comercial actual con muy bajos inventarios en su poder, al mismo tiempo que el retraso en la cosecha demoró el ingreso del grano a las terminales portuarias».
Por eso, «alcanzar el volumen de embarques estimado requerirá un programa muy ajustado para lo que resta del año, desde el punto de vista logístico», lo que «ubicaría las exportaciones mensuales del próximo semestre muy arriba de la media de los últimos ciclos comerciales».
A pocos nudos
Según la BCR, los datos indican una lenta actividad en los embarques de maíz hasta ahora: en el trienio 2014-2016, el promedio exportado de cada campaña se situó entre 60 y 65 por ciento; en la actualidad, el porcentaje apenas alcanzaría el 54 por ciento.
Para llegar entonces a 28 millones de toneladas, el reporte considera necesario «pensar en una ajetreada labor de descarga de camiones a las terminales portuarias y elevación de granos a los buques, que permita alcanzar un promedio mensual de alrededor de 2,2 millones de toneladas por mes hasta febrero de 2018».
Esto significa un volumen de despachos entre 1,25 y 1,5 millones de toneladas superiores al año pasado, para el período marzo-agosto.
Un dato que confirma esta hipótesis de «mayor frenesí de actividad exportadora», es que el acumulado de declaraciones juradas de ventas al exterior actual supera la media de los últimos cinco ciclos.