El consumo de fertilizantes en el agro se encamina a lograr este año un nivel récord. Así lo estimó Jorge Bassi, vicepresidente de la Asociación Civil Fertilizar, una entidad que agrupa a empresas del rubro.
Según Bassi, el consumo total de fertilizantes, incluyendo agricultura, ganadería y también la producción de caña de azúcar, podría ubicarse entre 3,8 y 3,9 millones de toneladas, un salto del 6% con respecto a 2016.
Tras un mercado con 2,7 millones de toneladas en 2015, en 2016 el consumo se acercó a 3,7 millones de toneladas (similar a los años 2011 y 2007, que tuvieron máximos). La suba del mercado fue en 2016 del 37%. Ahora, el crecimiento será más moderado, con el 6%, pero igual dará paso a un nuevo récord, según la proyección del sector.
El crecimiento vendría acompañado tanto de una mayor superficie fertilizada como por el incremento de las dosis que se aplican por hectárea. Sobre la base de la información que tienen las empresas de fertilizantes, en trigo el área fertilizada es del 92%, en maíz el 84% y en soja está en el 57 por ciento.
En soja de primera podría haber una expansión del 6% en la cantidad de lotes que se fertilizan. Además, una suba del 5 por ciento en las dosis. En girasol habría un 18% más de lotes con fertilización, mientras que las dosis promedio no tendrían un aumento.
En el caso del trigo, cuya campaña ya está en marcha, crecería 2% la cantidad de lotes con fertilización y 5% las dosis. En este cultivo, la siembra ocupará esta campaña 5,4 millones de hectáreas, 300.000 hectáreas más que en el ciclo pasado, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar.
Para el maíz, la cantidad de lotes para fertilización crecería un 3%, en tanto que las dosis aplicadas se mantendrían.
En 2015, la reposición de nutrientes se ubicó en una tasa del 30%. Con ese porcentaje, estuvo en el nivel de 2002. Vale recordar que retrocedió a ese valor por las trabas en los cultivos de maíz y trigo (retenciones y controles para exportar) del gobierno anterior, que influyeron sobre el uso de la tecnología.
En 2016, sin retenciones ni trabas para exportar, no sólo creció el área con esos cultivos, sino que la tasa de reposición saltó al 35% (con nitrógeno, fósforo y azufre). Así, quedó en los niveles de reposición de 2009. Todavía falta, no obstante, para llegar al valor del 60% que se logró en 2007 primero y luego en 2011.
Mejora
De hecho, si se compara el total de superficie sembrada contra el volumen total de fertilizantes usado en agricultura (sin contar ganadería ni caña de azúcar), allí se puede observar que la dosis total por hectárea está por debajo de 2007 y 2011, pese a que se siembra más que esos años. En 2016, con 33,5 millones de hectáreas totales sembradas, la dosis global fue de 89 kilos por hectárea. Vale recordar que en 2011 la dosis global había sido de 101 kilos por hectárea con 30,3 millones de hectáreas y de 104 kilos por hectárea durante 2007 con una siembra de 29,5 millones de hectáreas.
«Hay más gente buscando mejorar. Este año vamos a tener un crecimiento moderado que lleva a un nuevo récord», dijo Bassi tras una charla que organizó Fertilizar de cara al inicio, el mes próximo, de la siembra de maíz.
«Hay mucho interés por levantar las dosis», acotó Andrés Grasso, director técnico de la entidad. En el último congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), realizado en la primera semana del actual en Rosario, las consultas sobre la fertilización estuvieron entre los temas más requeridos por los productores.
Junto a las mejores condiciones para la producción con las nuevas reglas político-económicas, también gravita a favor de la fertilización la conveniente relación insumo-producto para fertilizar. Esto es, cuántos kilos de grano se necesitan para comprar uno de fertilizante.
En maíz, a julio pasado con tres kilos del cereal se compraba uno del fertilizante urea. Es la relación más conveniente del promedio de los últimos diez años, que da cuatro kilos de maíz para adquirir uno del fertilizante.
En tanto, a julio pasado con cuatro kilo de maíz se compraba uno de fosfato diamónico. Para comparar, el promedio de diez años da casi cinco kilos necesarios para adquirir uno del fertilizante, con lo cual la ecuación actual es positiva.