El asesor ganadero Fernando Canosa desmitificó la creencia de que los rumiantes son los mayores culpables de la generación de gases de efecto invernadero. “Es cierto que emiten gases, fundamentalmente metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), pero consumen pasturas que absorben esos gases en forma de dióxido de carbono. Hasta ese forraje que consumen absorbe más carbono que el emitido por los eructos de los rumiantes”, describió Canosa.
“Algunos por ignorancia y otros por intereses le echan la culpa a los animales, porque no se pueden defender. Pero si matásemos a todas las vacas del planeta el cambio climático seguiría existiendo, y si no tuviéramos rumiantes en el mundo estaría lleno de celulosa y se viviría prendiendo fuego”, explicó a Bichos de Campo tras participar de una jornada sobre cambio climático llevada a cabo en Buenos Aires.
Aquí la entrevista completa con Fernando Canosa:
“El rumiante es una maravilla, tiene la capacidad de transformar el forraje en carne. Es cierto que emite gases, pero en buena hora que lo haga porque se consume todo el forraje”, siguió Canosa.
El especialista además indicó que “la ganadería argentina es la que menos emite. Distinto puede ser en los países del norte, donde nieva y tienen a los animales estabulados”, explicó. En ese sentido, precisó que “el 90 % de la energía que llega a un bife argentino viene del pasto y eso es celulosa que secuestró carbono”.
En cuanto a los feedlots, Canosa explicó que el problema aquí sería menor debido a en dietas con altas tasas de grano, el animal se comporta más bien como un monogástrico y por lo tanto no emite tantos gases.
Partiendo de todos estos conceptos, para el asesor ganadero “más que un problema estamos frente a una ventaja”.