Frente a un sector agrícola en expansión en los últimos años la ganadería en la Cuenca del Salado bonaerense apeló a un aumento de la carga en superficies de menor calidad. Dicho avance de la siembra de cultivos para cosecha, ha llevado a la conversión de muchas explotaciones hacia sistemas mixtos, agrícola ganaderos, con la posibilidad de convertir cultivos de cosecha en forrajeros.
En ese contexto los rodeos bovinos se orientaron hacia un modelo productivo de precisión como estrategia para optimizar el manejo de los recursos, la nutrición, los índices de preñez y los resultados productivos, en convivencia con la agricultura.
Con estos nuevos planteos que procuran mantener los parámetros productivos, la intensificación no solamente implica un aumento de carga, sino también la realización de recrías o invernadas cortas, en las que las reservas toman un papel preponderante, para poder sostener estas cargas y además para asegurar una adecuada calidad de dieta.
Si bien el ensilaje de maíz es el más difundido, con los cambios en la manera de alimentar a los rodeos se han incorporado otras alternativas como el sorgo (cultivos de gruesa) y últimamente los cereales o verdeos de invierno, capaces de brindar buena producción en kilos y de buena calidad nutritiva.
Los verdeos de invierno con destino a pastoreo (avena, raigrás anual) son de gran utilidad y existe una importante número de ensayos con respecto a su producción y manejo. Sin embargo si bien se ha generado información sobre cereales de invierno con destino cosecha (trigo, cebada, avena) y en menor proporción resultados de su uso con doble propósito (pastoreo y cosecha), no hay datos suficientes sobre su destino a silajes.
Contemplando la falta de información al respecto, en la Chacra Experimental Integrada Chascomús (Manantiales) desde el año 2006 se viene trabajando en esta línea de reservas que pueden resultar de gran importancia para los nuevos planteos ganaderos de la zona, y en base a estos resultados se realizan casi todos los años reservas que complementan las tradicionales (silaje de maíz, sorgo, henos). Los ensayos se han realizado mediante la evaluación de trigo, avena, cebada, raigrás anual y triticale.
Entre las ventajas que destacan los técnicos del INTA luego del análisis de los resultados obtenidos en los ensayos destacan la estabilidad que se logra, “debido a la época en que se realizan los cultivos (julio a Noviembre), las probabilidades de falta de lluvias es menor a las del verano, por lo cual el rendimiento es más fácil de predecir”.
En cuanto a la calidad señalan que “por la misma razón que la ventaja anterior, la cantidad de granos esta menos influenciada que en los cereales estivales (sorgo y maíz), por lo cual su calidad es más estable, lo cual no implica que sea mejor que la del maíz o sorgo; en cuanto al nivel de proteína si son mejores que los cultivos estivales, pudiendo superar el 10% de Proteína Bruta (3 o 4 puntos más que un silaje de maíz o sorgo).
En relación a la disponibilidad de maquinarias necesarias para la técnica se observa que “esta práctica no es utilizada tan masivamente como el silaje de sorgo o maíz, por lo cual y a pesar que la ventana de confección es más acotada, la disponibilidad de maquinaria es mayor”.
La liberación del lote es otras de las ventajas que ofrece el ensilaje, dado que “en general se levanta el cultivo de mediados a fines del mes de noviembre, quedando el disponible en buena fecha para la realización de otro cultivo, ya sea nuevamente para reservas o para agricultura (maíz, sorgo, soja, moha)”.
Sin embargo como toda técnica presenta algunas desventajas, dado que “los potenciales de estos cultivos en cuanto a rendimiento son notablemente menores que los de sorgo y maíz (la mitad o menos), por lo cual para obtener la misma cantidad de reservas se debería ocupar más superficie”.
En cuanto a los costos, “analizándolos por hectárea de picada son más bajos para estos cultivos que para sorgo o maíz, pero debido a la menor producción el costo por Kilo de alimento confeccionado por lo general resulta mayor”. O sea es menor el costo del cultivo, pero más cara la confección por Kg de MS confeccionado.
Entre los aspectos desfavorables de la técnica, los profesionales del INTA señalan que “si bien la época de liberación del lote es una gran ventaja al permitir sembrar cultivos rentables como la soja, la época de ocupación no es muy oportuna ya que todavía se está en invierno” y en relación a la sanidad se observa que “en general son cultivos sensibles al ataque de roya y manchas (y otras enfermedades fúngicas) que hacen incrementar costos en el caso de controlar o si no se controlan deterioran notablemente el rendimiento y la calidad.
La fertilización nitrogenada oportuna y estratégicamente realizada (para el fin de generar excedentes y realizar silaje), puede ser una buena alternativa para que no compitan las reservas con las necesidades de pastoreo. Es sabido que aplicaciones de Urea en Agosto Septiembre, pueden tener 2 o 3 veces más de respuestas que las realizadas tempranas, con fines de generar forraje invernal.
Para mayor información:
INTA Cuenca del Salado. Chacra Experimental Integrada Chascomús. (Manantiales).
Tel. (02241) 436690/425075. E-mail: inta.chascomus@gmail.com
Referente: Ing. Agr. Matías Bailleres.