Este miércoles 10 de julio se celebra en todo el país el Día de la Ganadería, en reconocimiento a la importancia de la actividad ganadera en el marco de la economía nacional.
Pero la fecha no alude solamente a la producción, sino también a la fundación de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que nació un 10 de julio de 1866 “con el fin de fomentar el desarrollo de la producción agropecuaria”.
La entidad cumple hoy 153 años, y desde sus inicios lleva los Registros Genealógicos de la ganadería, que son las bases de las distintas razas bovinas, equinas, lanares, camélidos, caprinos, porcinos y especies menores (aves, conejos). En la actualidad, cuenta con más de 10 millones de reproductores registrados, entre las 160 razas inscritas.
Además, desde 1973 la SRA certifica esos Registros Genealógicos a través de su Laboratorio de Genética Aplicada, así como también lo hace con los del Stud Book Argentino y de otras asociaciones. En los comienzos, el método era a través de la tipificación de sangre, y actualmente es por medio de la técnica de ADN. Brinda servicios de control y asignación de parentesco, detección de enfermedades genéticas y resolución de casos de robo y abigeato.
LA GANADERÍA EN ARGENTINA
El término ganadería hace referencia a la cría de ganado con fines comerciales, lo queincluye la obtención de productos derivados como carne, leche, lana, huevos.
La actividad se clasifica según los distintos tipos de animales que se críen: vacas, ovejas, toros, bueyes, cerdos, cabras. Junto con la agricultura, es una labor practicada por la humanidad desde sus comienzos.
En Argentina, es una de las principales actividades económicas. La historia se remonta a fines del siglo XVI, con la llegada de colonos europeos que trajeron consigo animales como ovejas y cabras, que con el tiempo encontraron en las regiones norteñas las condiciones climáticas propicias para desarrollarse. De la misma forma, otros animales como la vaca, el toro y el caballo encontraron en la pampa un lugar rico en pastizales y agua para reproducirse favorablemente. A fines del siglo XVII, los animales comenzaron a domesticarse y destinarse a actividades comerciales.
En nuestro país predomina la crianza vacuna; sin embargo, también tienen lugar la crianza ovina y la caprina. Principalmente, se destinan al consumo de carne, producción de leche, lana, cueros, entre otros, y forman parte del modelo agroexportador.