Finalizó la semana pasada la cosecha argentina de soja con una producción estimada de 56 millones de toneladas, una cifra 60% superior a la del ciclo previo que había sido fuertemente afectado por una sequía estival.
El rinde medio nacional finalizó en 33,6 quintales por hectárea. Se trata de una cifra superior al anterior récord de 31,8 quintales registrado durante el ciclo 2014/15.
“El retraso en la siembra, producto de lluvias y bajas temperaturas registradas durante el período de incorporación del cultivo, comprometió el crecimiento de las plantas, las que en muchos casos alcanzaron un tamaño inferior a lo normal”, indicó el informe de cierre de campaña de soja publicado hoy por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Pese a ello, durante gran parte del ciclo del cultivo predominó una favorable condición hídrica que permitió compensar la falta de área foliar al permitir fijar un gran número de vainas por plantas y alcanzar excelentes rendimientos en la gran mayoría de las regiones bajo estudio”, añadió.
El promedio de la soja de primera a nivel nacional fue de 36,6 quintales por hectárea, mientras que el cultivo de segundo generó un rinde medio de 26,6 quintales en igual superficie.
El sector norte de la zona núcleo pampeana logró un rendimiento promedio de 41,7 quintales, al tiempo que en el sector sur de dicha región obtuvo una media de 38,4 quintales por hectárea (primera + segunda).
Las regiones centro-norte de Córdoba y oeste de Buenos Aires lograron una muy buena campaña con rendimientos promedios de 37,8 y 36,9 quintales por hectárea respectivamente.
En el centro-norte de Santa Fe, a pesar de las pérdidas productivas registradas en algunas localizadas por excesos hídricos, logró finalizar la campaña con un rendimiento medio de 31,5 quintales por hectárea.