En noviembre pasado LPO adelantó que tras la implementación del nuevo esquema de retenciones al sector agroindustrial (que eliminó los diferenciales arancelarios) comenzaba a evidenciarse un proceso de primarización de las exportaciones.
Nueve meses después, ya con la cosecha 2018/19 recién finalizada con un volumen de 56 millones de toneladas, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) confirmó que dicho proceso no hizo más que consolidarse.
Los propios datos del INDEC muestran que en abril y mayo de este año el complejo sojero exportó un total de 9,1 millones de toneladas, una cifra 45% superior a la registrada en igual periodo de 2018 (que estuvo marcado por la sequía).
Sin embargo, en el periodo abril-mayo los despachos al exterior crecieron apenas un 11% en valor. En los primeros cinco meses del año, los envíos de poroto de soja sin procesar fueron la estrella del complejo sojero con un crecimiento del 185%.
En enero/mayo de 2019 la exportación del producto primario de la soja representó u$s 795 millones, unos u$s 279 millones más que el año pasado. El tema es que en igual periodo los envíos de harina de soja registraron una caída del 11%.
Sucede que, a pesar del aumento del 60% en la cosecha de soja en relación al año pasado, las exportaciones de los subproductos (que generan valor agregado) no lograron despegar reduciendo el aporte del complejo sojero a la economía argentina.
Los envíos de harina de soja generaron en enero/mayo de este año unos u$s 3.516 millones versus u$s 3.962 millones en 2018. En igual lapso también cayeron un 27% en valor las exportaciones de biodiesel (u$s 320 millones versus u$s 437 millones).
En aceite de soja, en tanto, las exportaciones aumentaron apenas 14% en los primeros cinco meses de este año generando u$s 1.350 millones contra u$s 1.185 millones en 2018 cuando se cosecharon apenas 36 millones de toneladas por la falta de lluvias.
Los especialistas advierten que difícilmente pueda darse vuelta la ecuación con mayores exportaciones con valor agregado mientras siga rigiendo el esquema de retenciones que fija un 18% más una tasa de 4 pesos por cada dólar FOB a todo el complejo.
En el caso de biodiesel -que en la Argentina se elabora en base al aceite de soja- los derechos de exportación se ubican en un nivel fijo del 15% a los que se le suma también la tasa de 4 pesos por dólar exportado (abonan en total alrededor de un 24%).
El complejo sojero, al igual que el resto de la economía, también registra problemas de competitividad a causa de los crecientes costos logísticos y laborales, además del impacto desfavorable generado por la reducción de los reintegros a la exportación.
Cabe mencionar que en los primeros cinco meses de este año, el déficit comercial de la Argentina con China ascendió a u$s 1.741 millones, al tiempo que con la Unión Europea el rojo del comercio fue de u$s 795 millones.