El consumo de granos, oleaginosos, cereales, y sus derivados creció notablemente en el mundo en los últimos años. Cambios de hábitos y una conciencia cada vez más enfocada en la calidad nutricional permite que los productos “naturales” sean cada vez más protagonistas de las dietas en diferentes culturas y por ende, los más “demandados”.
En este contexto, la Argentina tiene la oportunidad de ganar terreno en la escala global abasteciendo a los distintos continentes y volviendo a alimentar al mundo. Pero el desafío, será producir alimentos con menos recursos y enfocados en esta tendencia agroecológica. Es precisamente acá donde podría tener un impacto directo la demanda en paralelo de insumos biotecnológicos como inoculantes, bioprotectores, fungicidas y coadyuvantes, que serían los propulsores tratándose de tecnologías de bajo costo, con resultados consistentes y amigables con el ambiente.
El mundo demanda cada vez más alimentos, Argentina debe acompañar este proceso. Es necesario abastecer a países de Europa y África así como también a China e India. Por eso las empresas de insumos para el agro debemos seguir esforzándonos por brindar al productor herramientas que le permitan incrementar sus rindes y mejorar la calidad, permitiendo ganar rentabilidad para entre todos, competir globalmente.
Desde luego el acuerdo ´Unión Europea – Mercosur´ será clave, así como también que las políticas gubernamentales acompañen al sector. El viejo continente trae un gran potencial porque a diferencia de lo que se cree,se encuentra ávido de productos biotecnológicos destinados a la producción de alimentos.
La ecuación es simple. Más demanda de granos, cereales y oleaginosos, más necesidad de producir tecnología aplicable a este tipo de cultivos para hacerlos rendir.
Tanto para la producción interna como para la producción mundial, podemos estar próximos a un boom de insumos agropecuarios.