La tasa de destete (producción de terneros sobre stock de vacas) en Argentina ha mejorado levemente en las últimas dos zafras, alcanzando un 62,6% en marzo de 2019 desde el 60,5% registrado en marzo 2017, de acuerdo a los datos oficiales de vacunación. Desde ya, esta mejoría ayuda a compensar parcialmente una caída en el stock de vientres dado que con menor número de vacas es posible producir más terneros, lo que en cierto modo, representa mayor eficiencia.
Sin embargo, ¿cómo impacta el nivel de faena general sobre el stock total? Aquí cabe calcular otro indicador clave como lo es la tasa de extracción, entendida como volumen de faena sobre stock total. En definitiva, como en cualquier proceso productivo, la tasa de extracción no es más que el flujo que se genera a partir de un stock determinado. Por supuesto que aquí es muy importante tener en cuenta el nivel de equilibrio, es decir, la tasa de extracción que permita mantener el stock en el tiempo.
En Argentina ese nivel de equilibrio ha estado relativamente estabilizado en las últimas décadas en torno al 24% a 25%, siendo que el stock nacional no ha sufrido grandes variaciones en el tiempo. Actualmente, de acuerdo a los datos oficiales de faena y stock para el período 2018-19, la tasa de extracción se ubica en 24,6%, levemente superior al ciclo previo.
Ahora bien, la tasa de extracción de equilibrio dependerá de la tasa de destete -cuán eficientes son los vientres en producción- y del porcentaje de vientres en el stock total. Es por eso que, cuanto más alta resulte la faena de hembras en el tiempo, mayor será la mejora que deberá registrarse en términos de destete para mantener tal equilibrio.
Por otra parte, existe otro indicador de relevancia que es la productividad del plantel. En este caso, entendido como los kilos producidos por animal en stock, es decir volumen de producción de carne sobre stock total. Este indicador dependerá mucho del tipo de producción predominante, en términos de edad y peso de los animales faenados. Cuanto menor es la edad de los animales y mayor es el peso de faena, la productividad aumenta. Por el contrario, ciclos más largos o faenas más livianas, hacen que el giro de ese activo que es el stock de cría, disminuya. Nuevamente, de acuerdo a los datos oficiales, la productividad del stock nacional a marzo 2019 resultó en 56,1 kg/animal, tras aumentar 2,1kg respecto del ciclo previo.
Ahora bien, analizando lo sucedido en los últimos 50 años, el stock nacional lejos de haber crecido se ha contraído en aproximadamente 3 millones de cabezas desde la década del ’80 a la fecha, a diferencia de Brasil que, en el mismo período, duplicó su stock pasando de 115 millones de cabezas a los 238 millones actuales.
En definitiva, existen distintas vías para mejorar la producción nacional como formas de medir su eficiencia. Lo importante e insoslayable es contar con un plan estratégico a nivel país diseñado conforme a objetivos de largo plazo que confieran al productor la previsibilidad necesaria para implementar todos aquellos ajustes requeridos a nivel productivo, conscientes de que sus resultados demandarán varios ciclos en verse plasmados.
Fuente: ROSGAN