A última hora del jueves, se conoció que BRF y Marfrig decidieron negociar su eventual fusión. En el sitio electrónico de la primera ya se había subido la decisión de su consejo de administración.
De llegar a buen fin las negociaciones, los accionistas de BRF serían dueños del 85% de la nueva firma, quedando el 15% restante para los accionistas de Marfrig. La empresa conjunta tendría una facturación de USD 20 mil millones anuales.
Distintos segmentos
BRF está especializada en aves y cerdos mientras que Marfrig se concentra en la categoría vacunos.
Cabe recordar que, a fines del año pasado, BRF puso a la venta sus activos en la Argentina, Tailandia y Europa. En tanto, este año concretó su transferencia a la misma Marfrig, en el caso de los activos relacionados con la carne vacuna de la Argentina, que incluyen plantas en San Jorge y Baradero; una unidad de vegetales de Arroyo Seco y marcas líderes en hamburguesas y salchichas.
Tampoco tiene plantas de vacunos en Brasil, ya que tiempo atrás las había vendido a Minerva.
Desde este traspaso, BRF había quedado como propietaria del 15% del capital de esta última, con lo que ahora Marfrig podría tener alguna injerencia.
En principio, en el mercado no ven problemas regulatorios en la fusión, ya que ambas empresas actúan en segmentos distintos.
El hecho de que Marfrig sea dueña de National Beef, importante empresa de EE.UU., le daría un pie a BRF en ese enorme mercado.
Mirando específicamente al Mercosur, la fusión no acarrearía mayores participaciones de mercado, ya que BRF no posee empresas en ninguno de los otros tres países y en Brasil no actúa en el segmento bovino. Por su parte, Marfrig con plantas en los cuatro países miembros, sólo tiene establecimientos de vacunos.
El período de análisis, con el compromiso de ambas empresas de no entrar en negociaciones con ninguna otra parte, se extenderá por 90 días, prorrogables por otros 30 (27 de septiembre).