Argentina cuenta con más de un siglo de realización de censos nacionales agropecuarios, ejecutados con intervalos irregulares y diversos cambios metodológicos. Los antecedentes históricos señalan que el primer censo de agricultura y ganadería fue realizado en 1888, mientras que el segundo constituyó un capítulo del censo nacional de población de 1895.
Después de un censo realizado en 1908, en 1914 se llevó a cabo el tercer censo nacional agropecuario y en 1920, un censo nacional ganadero. Posteriormente se llevaron a cabo los censos nacionales agropecuarios en 1937, 1947, 1952, 1960, 1969, 1988, 2002. Por último, el de 2008, que tuvo dificultades en términos de cobertura en algunas jurisdicciones.
Es por esto que hace rato no se tenían datos certeros y precisos de lo que ocurre, qué hay y cómo en el campo argentino. Según el Indec, la importancia radica en obtener datos actualizados que permitan dimensionar y caracterizar la totalidad de las actividades agropecuarias y forestales que se desarrollan en el territorio de la República Argentina. Los datos relevados abarcan componentes estructurales, productivos, tecnológicos y sociodemográficos
Estos resultados fueron presentados en sociedad y encabezados por Marco Lavagna, flamante director de INDEC. Durante la divulgación de los datos preliminares, Lavagna explica: «El censo empieza en 2017, se procesa el año pasado y la finalización va a estar a finales de este año. Es un trabajo de más de dos años, destacando la continuidad sin importar la administración, ni a quien le toque estar al frente. Es un trabajo técnico muy fuerte, donde lo importante es la información precisa y detallada, desde la cantidad de hectáreas implantadas de todos los cultivos, dónde se siembra, cuáles son las prácticas fertilización, etc. La infromación permite tener precisión a la hora de tomar decisiones ya sea del sector privado o público para generar políticas».
Carolina Plat, Directora Nacional de Estadística y Precios de la Producción y el Comercio del INDEC analiza: «Relevamos 4 mil variables, pero la cuestión de las productoras mujeres fue interesante porque duplicó la cantidad del censo del 2002. Es un dato que no esperábamos. También la cuestión de siembra directa y los motivos de no cosecha de los productores».
El sector agropecuario argentino ocupa un lugar muy importante tanto en la historia como en la realidad social y económica del país. En su estructuración y dinámica, el sector agropecuario presenta una gran complejidad y heterogeneidad de perfiles tecnológicos, productivos y organizacionales.
En términos tecnológicos y productivos, los agentes del sector adoptan desde formas tradicionales y artesanales de producción hasta complejos emprendimientos empresariales que emplean sofisticadas tecnologías como, entre otras, la agricultura de precisión y la biotecnología. Organizacionalmente, cubren desde la agricultura familiar hasta empresas que constituyen conglomerados de producción.
En el ámbito privado, la sofisticación de la actividad agropecuaria ha ido generado una necesidad creciente de información referencial para los diversos modelos de negocios que sustentan la diversidad de esquemas organizacionales y productivos. Los censos nacionales, como el CNA18, brindan importantes elementos para la toma de decisiones que contribuyan a fortalecer la productividad tanto de las empresas ya constituidas como la de los nuevos emprendedores.