Hace apenas unas semanas se llevó a cabo la Semana Internacional Verde de Berlín (Alemania), donde se presentó el “Pacto Verde Europeo” (The European Green Deal) y uno de sus puntos centrales comprende la estrategia del “Campo a la Mesa” (Farm to Fork Strategy), con la que se pretende mejorar el sistema alimentario de la Unión Europea haciéndolo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En ese marco la organización sin fines de lucro, True Animal Protein Price (TAPP), presentó en el Parlamento Europeo un proyecto en el que pide la inclusión de un impuesto de la sostenibilidad en la carne que se comercializa en la Unión Europea, que se denominó “Cargo de sostenibilidad”.
Mañana miércoles 5 de febrero el Parlamento Europeo debatirá la introducción de este impuesto, que de hacerse efectivo podría reconfigurar el esquema de la comercialización de carne de nuestro país hacia el viejo continente, poniendo en riesgo la Cuota Hilton y la Cuota 481, si es que aún sigue existiendo.
“Cargo de sostenibilidad”
El impuesto a la carne tendrá en cuenta la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero, y según informan los medios europeos “podría aplicarse en los estados miembros a partir del año 2022”.
Cada tipo de carne (avícola, bovino, porcino, etc.) tendrá un impuesto basado en las estimaciones de los costes asociados a los parámetros de emisiones, por lo cual no es un monto fijo, sino variable dependiendo de la actividad. Según el estudio de la misma organización, el consumo podría caer entre un 30% y un 70% para el año 2030.
Se calcula que con el gravamen se recaudarán para 2030 unos 32.200 millones de euros, dinero recaudado que se destinaría a ayudar a los hogares con ingresos limitados por pérdidas del poder adquisitivo, y para incentivar inversiones específicas para ir hacia una transición de prácticas agrícolas más sostenibles.
La organización manifestó que “es el momento de actuar políticamente sobre las consecuencias medioambientales derivadas de la producción y consumo de proteína de origen animal, cuyo precio se ha mantenido relativamente bajo durante bastante tiempo”, y agregó que la humanidad debe buscar una “solución justa para los agricultores, donde se de una transición hacia un sistema alimentario basado en los alimentos vegetales, siendo una medida seria para hacer frente al cambio climático“.