Un avance importante para el mejoramiento genético de la producción bufalera en el país fue el que consiguieron los Investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias (UCA), la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el Conicet, al lograr preñar un búfala por fertilización in vitro.
Así lo destacó Marina Sansiñena, una de las expertas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la UCA que trabajó en el proyecto.
“La novedad es la llegada de la biotecnología a esta especie y la buena noticia es que es el primer embrión que se hace integramente en la Argentina”, destacó la investigadora quien, con el equipo, ya llevan trabajando más de dos años en este proyecto financiado por en parte por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
En el país existe tradición en el manejo de esta especie en varias regiones aunque normalmente se lo piensa como un bovino y no tiene el mismo comportamiento productivo y reproductivo, aclaró Sansiñena. Por eso, agregó, recién en este momento se está hablando de fertilización in vitro cuando en el bovino tradicional ya se habla de esta tecnología hace un tiempo.
El Litoral es la región por excelencia para el búfalo, debido a que allí están las condiciones ideales para su desarrollo.
“La flexibilidad que tiene el búfalo es muy importante porque la especie puede producir carne o leche en un humedal, sumergida en un pantano ambientes en los cuales no puede producir otro tipo proteína animal y de calidad, salvo que se produzca yacarés”, comentó la experta. A esto, explicó que la carne del búfalo tiene un perfil de calidad muy distinto al bovino, con características más saludables.
El proyecto, en primer lugar, se comprendieron las cuestiones de la fisiología reproductiva de la hembra, para luego avanzar sobre las preñeces.
Finalmente, Sansiñena señaló el valor agregado que puede generar este avance. “Si hay laboratorios que pueden ofrecer fertilización in vitro en el país, se abre el panorama al mejoramiento genético de la especie para el productor local y hasta se puede traer genética del exterior, hacer los embriones y luego exportar”, concluyó.
Los investigadores resaltaron que, por el momento, no tienen animales propios para realizar las tareas de investigación y dependieron de la buena voluntad de productores bubalinos, que abrieron sus establecimientos para investigar.
Así agradecieron a los campos San José (firma Abraham), El Aguacero (firma Cemboraín), Rincón del Madregón (firma Gómez Danuzzo), Tilita (firma Intra) y Pedro Antonio Silva (h) (firma Maier Silva)