“La Nación, 14/1/17. Una mujer murió por una extraña bacteria resistente a todo….
Infobae, 22/6/16. Las infecciones por superbacterias serán la primera causa de muerte en 2050….
OMS, 5/2/18.
La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para
la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo en la
actualidad.
Ojalá fuera una novela de Ray Bradbury o de Robin Cook. La realidad, siempre sigilosa en los temas escabrosos, supera la ficción. Y la realidad es alarmante. A nivel mundial y a nivel doméstico. Bacterias hospitalarias que apuran las altas médicas, tratamientos e internaciones que se extienden sensiblemente, neumonías inocentes que se llevan conocidos.
La resistencia a los antibióticos es una realidad que nos golpea a todos y llegó para quedarse. Sencillamente porque el hombre sigue abusando del ambiente, y montado en su irracionalidad, sigue desafiando los limites. Dios perdona siempre, el hombre a veces, y la naturaleza nunca. A mí no me va a pasar… pensamiento mágico que aleja nuestros miedos.
Nos automedicamos, hacemos mal uso de los antibióticos, sin conciencia, abusamos del uso de antibióticos ennuestros animales sin ningún tipo de control ni racionalidad, usamos dosis sub-terapéuticas (APC) en animales para mejorar nuestros negocios. A mí no me va a pasar… Y mientras tanto, sigilosamente, las bacterias se especializan en su capacidad de sobrevivir, a través de sofisticados mecanismos de adaptación-resistencia a la cada vez mayor cantidad de antibióticos que baten récords de tiempo en pérdida de eficacia. “Lo que no te mata te fortalece”, axioma desplegado por la microbiota natural y patógena. La enorme gravedad de esto es que estos mecanismos de resistencia, basados en adaptaciones genéticas (mutaciones, recombinaciones, entre otros), incluyen el intercambio de estos genes de resistencia entre bacterias de la misma especie y de otras especies, patógenas o banales, que no reconocen huésped. Menuda generosidad biológica de estos minúsculos seres, que, entre otras formas, “excretan” al medio intercelular o intercambian fragmentos de ADN propio que incluyen los genes de resistencia, los cuales son tomados por otras bacterias para incorporarlos a su material genético, ganando así la capacidad de resistir a ese antibiótico.
Esto significa que una bacteria
patógena que genera resistencia a un antibiótico en una vaca de tambo
puede compartir este gen de resistencia con bacterias humanas patógenas o
no patógenas, que hay millones. De la mano del tambero a la escuela de
los niños, solo para marcar algún rumbo.
De esta manera, esta
resistencia va a ir trasladándose rápidamente para llegar,
indefectiblemente, a la sociedad, golpeándola tanto en el plano de la
salud individual como en el plano de la economía.
Se puede producir sin antibióticos en las dietas
Los
promotores de crecimiento antibióticos clásicos (prebióticos) se basan,
mayoritariamente, en el uso de dosis sub-terapéuticas de antibióticos,
que logran alterar la microbiota ruminal o intestinal generando
beneficios en la producción. Se usan desde hace más de 50 años con
excelentes resultados productivos y económicos. Monensina, tilosina,
virginiamicina, lasalocid, tetraciclinas, entre otras. Y esto ha sido
reconocido como uno de los mecanismos que ha colaborado fuertemente en
el desarrollo de la resistencia antibiótica en humanos. A más presión de
uso de un antibiótico, mayor incremento de la resistencia antibiótica
de la población bacteriana objetivo. Y para muestra basta hablar del
gravísimo caso de la Colistina, antibiótico que jamás había sido usado
en el hombre (antibiótico guardado como reserva estratégica frente a
alguna pandemia) y que, aun así, YA tiene casos de resistencia en
humanos (ver La Nación 14/1/17). La explicación es simple, claro está,
de cara a los conocimientos actuales.
La colistina se usa como promotor de crecimiento en avicultura principalmente. El salto de la resistencia de las bacterias aviares a las humanas no se hizo esperar. Es por ello que la OMS y la OIE han lanzado una fuerte y urgente campaña mundial para erradicar el uso de antibióticos promotores de crecimiento.
Argentina adhirió a esta prohibición a partir del 1 de enero de 2019, a través de la resolución Senasa número 594-2015, que prohíbe el uso de los mismos, concentrando el uso de antibióticos para casos terapéuticos.
Esto no es un salto al vacío ya que existen en la actualidad alternativas en el uso de promotores de crecimiento NO antibióticos, naturales, de igual o mejor desempeño, que reemplazan perfectamente el uso de antibióticos. “Hoy se puede producir más y mejor sin el uso de antibióticos en las dietas”. (Dra. Elizabeth Santin. Profesora UFPR – Universidade Federal do Paraná, Jornadas RAM; SENASA, 2019). Pero más allá del Senasa y las prohibiciones, es importante nuestra actitud profesional y responsabilidad social frente a esta realidad. La falta de conciencia, la ceguera frente a esta la realidad, y la sordera frente a los avances científicos, conformó un cocktail perfecto para desembocar en esta actualidad crítica. Ojalá que la razón y el bien común apuntalen nuestra voluntad de generar un cambio, apoyándonos en productos naturales.
Ojalá… antes que un simple resfrío nos ponga de cara a la realidad.
- Méd. Vet. Juan M. Baeck (foto) – Febrero de 2020
- Nutrefeed – Nutrición Animal
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