Durante el Congreso Ganadero de Rosario, la consultora Elizalde & Riffel analizó cómo impactó el contexto de coronavirus y la situación económica actual sobre los diferentes eslabones del sector ganadero: cria, recría y engorde a corral.
El Ing. Agr.Sebastián Riffel destacó que de marzo de 2020 a la actualidad, la única actividad que no se vio afectada es la cría: «Los resultados mejoraron considerablemente».
Margen bruto (US$/ha) de la cría en campo propio
En tanto, los modelos de recría sufrieron una reducción del margen bruto que varió entre US$ 68 y 93/cab según el grado de intensificación.
Por otro lado, el engorde a corral también experimentó una baja considerable del margen bruto, que perdió US$ 74 a 76/cab para feedlots con maíz comprado o propio.
Para ver un cambio en este escenario, Riffel destaca que tiene que haber un aumento en el precio de la hacienda. Caso contrario, la mayoría de los planteos de recría y terminación se van a ver afectados este año con importantes quebrantos: «Habrá que ver si esto tiene consecuencias en el mediano plazo, como ser una caída en la producción de carne a nivel nacional o una menor intensificación de los sistemas de producción».
En tanto, agrega que va a ser fundamental estar preparados para la recuperación y un eventual aumento en la demanda de carne.
Lo que impactó sobre los distintos tipos de negocio fue la alteración de las distintas variables que sigue el negocio ganadero:
- Dólar (oficial y blue)
- Maíz
- Ternero (Rosgan)
- Novillo gordo liviano de 320 kg (Liniers)
- Novillo gordo pesado de 430 kg (Liniers)
«Se distorcionaron los precios», señala. El contexto de incertidumbre se combinó con la zafra del ternero: «La gente vendía y no quería tener pesos, por lo que intentaba quedar calzado comprando animales». Esto impactó sobre el precio del ternero, que pasó de $ 105 el 15 de marzo a $ 138,2 el 15 de julio. Es decir, hubo «un gran desacople en el precio del ternero contra el gordo».
De igual manera, Riffel agrega que los planteos de recría que compraron animales, al revisar el negocio en marzo del año que viene podrían tener un escenario mejor al de hoy.
Conclusión
Entre las conclusiones de la presentación de la consultora Elizalde & Riffel se destaca que los sistemas ganaderos de Argentina son muy simples, frágiles, poco desarrollados y de baja productividad: «Argentina como país tenemos como desafío. La historia demuestra que no lo hemos logrado».
Actualmente el stock de vacas (a 2019) es de 23,6 millones de cabezas. De ese total, deriva una tasa de destete cercana al 62 %, cuando en Estados Unidos es del 90 %. En este sentido, se producen 14,7 millones de terneros al año, de los cuales 8 millones tienen destino la terminación liviana (menos de 400 kilos) y no pasan por la recría.
En este sentido, Riffel advierte el bajo flujo de animales que se va a recriar: «La recria es un eslabón clave para mejorar la producción de carne, pero tiene una participación muy baja dentro del sistema ganadero nacional». «Este sistema tiene resultados económicos mayormente estables y muy satifactorios a través de los años», asegura, pese al actual número negativo.
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