En Argentina, todavía es una tendencia incipiente; a nivel mundial, sobre todo en los países desarrollados, está en franco crecimiento: se trata de los sistemas que permiten, a través de códigos QR u otras herramientas tecnológicas, conocer dónde y en qué condiciones fueron producidos los alimentos que se consumen.
Conscientes de esta demanda global, que más temprano que tarde también llegará con fuerza a los países de Latinoamérica, dos emprendedores –Nicolás Balestrini y Diego Heinrich– diseñaron una novedosa plataforma que permite hacer “trazabilidad ampliada” en la cadena cárnica.
Significa no sólo conocer el origen de los cortes, sino tener absolutamente todos los datos sobre su proceso productivo: desde la genealogía y la raza del novillo hasta las condiciones en las que fue faenado y transportado hasta el mostrador.
Y todo esto, con un software elaborado sobre blockchain (cadena de datos), lo que asegura la imposibilidad de que la información puedan ser modificada una vez que es cargada al sistema.
La startup se llama Carnes Validadas y se lanzó recientemente con una oferta para que cualquier actor de la cadena la pueda usar gratis por seis meses.
Pasado ese período, el uso de la plataforma tiene un costo que varía en función de la cantidad de cabezas que incluya el usuario.
Hasta 250 ejemplares es gratis y después se aplica un costo relacionado con el índice novillo del Mercado de Liniers. Por ejemplo, quien posea hasta 1.000 cabezas, paga un equivalente de 200 kilos del índice; hasta 5.000, mil kilos; hasta 10.000, 2.300 kilos.
Objetivos
“Queremos llegar a la mayor cantidad de productores posibles, para que sean early adopters. Es algo muy innovador, no sólo a nivel nacional, sino mundial”, destaca Sofía Calvo, coordinadora de Marketing y Comunicaciones de esta agtech.
Según Calvo, un desarrollo de este tipo respaldado por blockchain brinda calidad y transparencia a los procesos de producción y permite diferenciar las producciones y “descommoditizar” la carne.
“Es mucho más que la trazabilidad que ya ofrece el Senasa y que es sólo seguir el rastro de un producto. El objetivo principal es diferenciar la carne. Cuando se vende como una commodity, se pierden datos, por ejemplo, cómo un productor cría su ganado, qué alimentos les da o si lo hace con determinadas prácticas o certificaciones con las que quizás podría obtener un valor diferencial”, explica Calvo. El sistema contempla incluso la posibilidad de sumar imágenes de los animales.
El funcionamiento de la plataforma es simple: se digitalizan todos los datos de los animales a través de una planilla Excel. En el caso de productores que ya tienen una base de datos armada, es más sencillo aún.
“Es clave para ingresar que el productor tenga inventariado su rodeo y con las caravanas del Senasa, que son la base para elaborar el DNI digital del animal”, completa Calvo.
Alcance
Desde que se lanzó Carnes Validadas, ya se registraron unos 20 productores que han digitalizado unas 3.000 cabezas que ya tienen su “token vaca” (identificador)
En principio, la apuesta de la startup es crecer en Argentina y en Latinoamérica, para luego seguir el proceso por Europa y Estados Unidos, mercados donde las demandas de trazabilidad por parte de los consumidores están instaladas con más fuerza.