Luego del baldazo de agua que se registró el fin de semana pasado, que dejó entre 50 y más de 100 milímetros y agravó el panorama en amplias zonas ya inundadas o muy anegadas en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, además de parte del sur de Córdoba, hay una pregunta que por estas horas se hacen los productores: ¿cómo va a seguir el clima? Se trata de un punto clave tras haber avanzado el agua a una superficie de unos diez millones de hectáreas totales del área productiva en medio del desarrollo del trigo y toda una campaña por delante para la siembra de granos gruesos.
Las perspectivas inmediatas de especialistas en clima consultados por La NACION no son alentadoras, en el sentido de que pueda esperarse una rápida salida del agua. La próxima lluvia sobre el centro del país podría darse entre la noche del martes y el miércoles de la semana entrante. Al margen de esas próximas precipitaciones, tampoco pareciera que por el momento vaya a cambiar el ciclo húmedo. Hay, en tanto, expertos que para el próximo ciclo hablan de un probable escenario «Niña».
Según las regiones, es la tercera campaña que se inicia con excesos hídricos en la pampa húmeda. En el caso puntual de Buenos Aires, de las inundaciones mayormente en el Oeste se pasó a una amplia cobertura, ya no sólo en el Oeste, sino también en el centro provincial y en la cuenca del Salado.
«Todavía estamos en una fase neutral, pero con un leve enfriamiento respecto de los meses anteriores. Esto mantiene la perspectiva de tener un ciclo neutro hasta por lo menos el otoño del próximo año. También hay que destacar la persistencia de condiciones cálidas sobre la costa atlántica. Allí la anomalía de temperatura de agua de mar se mantiene muy elevada, lo que permite la incorporación de humedad a la franja central del país. Debido a que se prevé que las condiciones persistan a lo largo de los próximos meses, se espera que se mantenga el ciclo húmedo que se está desarrollando sobre el centro del país», expresó el meteorólogo Leonardo De Benedictis.
En esta línea, según el especialista, de mantenerse las condiciones «dentro del rango normal o levemente superior» es posible que las complicaciones sobre el centro del país «continúen a lo largo de la primavera e incluso el período del verano».
En opinión de Pablo Mercuri, director del Centro de Recursos Naturales del INTA, mientras la campaña de granos gruesos se inicia con «alta vulnerabilidad y situaciones hídricas extremas» en muchas regiones de la pampa húmeda, también hay áreas muy expuestas porque aun ante eventos normales de lluvias de primavera pueden «generarse situaciones de riesgo y demorarse mejoras» en la situación hídrica de los suelos.
Plantea que las tendencias en el clima hoy son de «incertidumbre» en cuanto a lo que pasará. Al respecto, precisó: «Varias tendencias indican que la salida del invierno y el inicio de la primavera podrían evolucionar con lluvias normales o algo superiores a lo normal en algunas zonas centrales». De todos modos, consideró que se trata de una «tendencia muy difícil de precisar».
Como punto positivo, según Mercuri mientras las temperaturas promedio en la primavera serían superiores a lo normal, cuando la estación avance se irán espaciando los días entre lluvias. «Seguramente las precipitaciones ocurran en eventos más dispersos e irregulares, no en eventos de amplia cobertura regional», explicó. «Las mejoras significativas en los lotes encharcados o con falta de piso se observarán una vez que prevalezcan las temperaturas por encima de los 20 grados, dado que ahí son más significativas las tasas de evapotranspiración y evaporación», agregó.
En su último informe sobre lo que puede suceder hasta noviembre con las precipitaciones, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) precisó que podrían ser de normal o superior a lo normal en Buenos Aires y el este de La Pampa, mientras que serían normales en Córdoba y Santa Fe.
¿Puede venir una Niña en los próximos meses, considerando la fase neutra? Al respecto, Cindy Fernández, meteoróloga del SMN, brindó el siguiente panorama. «Estamos en un año neutral y todo apunta a que va a seguir siendo neutral. Las probabilidades de una Niña son muy bajas para los próximos meses. Ademas, todos los otros forzantes que modifican el comportamiento de la atmósfera también se encuentran neutrales».
Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, también sostiene como otros consultados que la primavera de 2017 será «más lluviosa de lo normal». Luego, en su opinión, el verano va a ser «algo seco» y eso podría producir un leve estrés en los cultivos, pero sin comprometer la producción. Hacia el otoño habría condiciones para que se reduzcan más los anegamientos.
«La campaña 2017/18 se perfila como una transición entre el clima excesivamente húmedo de las dos campañas anteriores y el clima seco que se perfila para la campaña agrícola 2018/19, que sería afectada por La Niña», explicó.
Sierra descuenta que se podrá sembrar, pero prende una luz amarilla a futuro. «El resultado productivo de la campaña 2017/18 va a ser de bueno a excelente, pero el área agrícola va a quedar seca y la campaña 2018/19 va a comenzar con pocas reservas de humedad».
Para Germán Heinzenknecht, de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA), mientras para el corto plazo no se esperan eventos de la magnitud del fin de semana pasado, para el resto del año el patrón de lluvias va a ser «normal». Así, lo que será positivo para regiones necesitadas de agua del centro del país a la vez podría ser «perjudicial» para las zonas ya anegadas. «Las chances de que el comportamiento pluvial muestre un cambio que imponga un patrón seco persistente parecen muy pocas para la región pampeana en este contexto», remarcó.