El largamente negociado acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) podría retrasarse mucho más allá de fines de este año, plazo que aguardaban con gran expectativa los gobiernos del presidente argentino, Mauricio Macri, y el brasileño, Michel Temer. El embajador de Francia ante Brasilia advirtió que su país buscará que también se discuta la seguridad alimentaria en los productos provenientes del bloque sudamericano, en vista del escándalo de carnes adulteradas que sufrió Brasil a principios de este año.
«Nosotros queremos el acuerdo, pero no a cualquier precio», advirtió a la prensa brasileña el embajador Michel Miraillet. «Hay preocupación con la seguridad de los alimentos, y ésa es una cuestión que ha crecido mucho en los países europeos», agregó, tras mencionar la operación de la Policía Federal brasileña Carne Débil, que en marzo pasado reveló una red de corrupción en frigoríficos para liberación fraudulenta de licencias sanitarias y detectó varios cargamentos con carne en mal estado, «maquillada» con productos químicos.
A raíz del caso, que llevó a la detención de unas 60 personas, los principales países importadores de carnes brasileñas suspendieron sus compras hasta que las autoridades de Brasil volvieron a dar garantías del buen estado de sus productos. Sin embargo, para el representante diplomático francés, «nada» fue hecho para asegurar la calidad de las carnes.
La semana pasada, el propio presidente de Francia, Emmanuel Macron, ya había resaltado ante productores agrícolas que París no estaba seguro de llegar a un acuerdo entre la UE y el Mercosur para diciembre próximo. Las negociaciones entre ambos bloques se iniciaron en 1999 y en los últimos años tomaron gran envión, pese a las resistencias de los sectores agrícolas de algunos países europeos, como Francia, Irlanda, Polonia y Rumania.
Ahora parece que los franceses encontraron la excusa perfecta para dilatar el entendimiento, y pretenden llevar la cuestión de la seguridad alimentaria a la reunión del Consejo Europeo de esta semana en Bruselas, para buscar ampliar el mandato de negociación de la Comisión Europea con los representantes de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
«No sabemos qué sucederá, pero es una propuesta que será hecha. El mandato fue hecho en 1999 y necesita alteraciones», indicó Miraillet.
Las cuestiones de seguridad alimentaria no formaban parte de la discusión del tratado de libre comercio simplemente porque cada parte establece su patrón sanitario para el ingreso de productos. Cambios en el mandato de los negociadores europeos provocarían seguramente también modificaciones en las posturas del Mercosur y postergarían las discusiones.