Lo que implica la demanda china de agroalimentos conviene fijarla en el siguiente contexto: la población mundial de 7.100 millones de habitantes crece hoy 1% por año, y ascendería a 9.000 millones de personas en 2042, que serían 10.000 millones 8 años después.
El ingreso per cápita de la población mundial crecería 50% en 2030 (U$S 10.000 / U$S 15.000 anuales); y la del mundo emergente, que responde por 95% del alza de la población en el mundo, se duplicaría entonces, encabezada por China –una categoría aparte- donde el PBI per cápita se duplica cada 8 años (U$S 8.100 anuales en 2017).
La principal consecuencia del aumento del ingreso per cápita en el mundo emergente (5.000 millones de personas) es que transforma la estructura dietaria de la población, volcándola al consumo de proteínas cárnicas.
La experiencia china adelanta lo que va a ocurrir en el mundo emergente. El consumo de carnes ascendió en China a 57 kilos por habitante al año en 2016 (era de unos 5 kilos hace 15 años).
Hasta 2007, China satisfacía la demanda de carne con producción doméstica (que se multiplicó por tres entre 1986 y 2004).
Y ante el crecimiento excepcional de la demanda, comenzó a importarla en gran escala a partir de 2010, sobre todo proveniente de Australia y la Unión Europea. FAO / OCDE estiman que en los próximos 15/20 años las importaciones de carnes a China superarán en valor los U$S 150.000 millones anuales.
Australia exportó carnes a China por U$S 2.100 millones en 2016; y ahora se ha sumado Estados Unidos a los exportadores de la República Popular, debido al acuerdo entre Donald Trump y Xi Jinping en Palm Beach, Florida (que se firmaron entre el 6 y 7 de abril de 2017), y sería el primero en 2020.
La regla es que la producción de 1 kilo de carne requiere entre 4 y 7 kilos de granos; y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estima que China responderá por 40% de las importaciones mundiales de granos para la alimentación animal en 2025, con tendencia creciente.
El año pasado el mercado chino de productos alimenticios envasados tramitado a través de comercio por Internet (las compañías Alibaba y Tencent concentraron más de 80% de ese intercambio), alcanzó a U$S 226.300 millones (un crecimiento de 29,5% anual), que serían U$S 309.200 millones en 2021 (un incremento del 30,1% por año).
Hay que sumarle a estas previsiones el e-commerce de productos alimenticios fuera de China, que se estima crecería a un ritmo semejante al anterior.
El resultado de este cruce de tendencias entre el aumento del ingreso per cápita en China / mundo emergente y la producción agroalimentaria mundial tiene un carácter explosivo en 10/15 años, muy superior por su gravedad a las crisis alimentarias de 2007 y 2011.
Un replanteo estratégico de la producción agroalimentaria mundial se torna ineludible, y en el deben participar por necesidad los grandes productores mundiales de agroalimentos, que son los del hemisferio americano (Canadá, Estados Unidos, en el norte; Brasil y la Argentina en el sur del continente).
En estos términos se presenta la cuestión de la seguridad alimentaria mundial en los próximos 10/15 años. Este es el punto primero de la agenda de gobernabilidad del sistema que es responsabilidad del G-20, cuya próxima reunión, estratégicamente decisiva en el actual contexto global, se realiza en Buenos Aires.