La huella de carbono y la huella hídrica tendrán cada vez más peso en las decisiones de los consumidores. Así lo concibe el investigador de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Walter Baethgen que analiza cuáles son los sectores más relevantes en la emisión de gases efecto invernadero y cómo impacta esto, pensando en los agronegocios.
«El sector agropecuario genera el 15% de las emisiones de gases efecto invernadero, poco y mucho según cómo se vea, pensando que el 60% corresponde a la energía, un 18% la deforestación, aunque el sector agropecuario genera dos gases con alto poder de calentamiento: el metano asociado a los rumiantes y el óxido nitroso», relató.
«Uno de los principales efectos del clima es que aumenten los eventos extremos en frecuencia y severidad, y la mejor manera de adaptarse es teniendo más conocimiento de lo que ocurre y puede ocurrir, con más información», explicó.
Dejar de lado la incertidumbre es una de las llaves. Baethgen cree que hay que aprender del pasado, monitorear el presente y tener la mayor información del futuro, para saber si voy a poder aplicar, sembrar o cosechar mañana, pero también en el mediano plazo.
Otro de los pilares es contar con más instrumentos financieros como los seguros. «El tema es que son caros porque hay que ir productor por productor, ahora hay una nueva modalidad que se basa en un índice climático», indicó.
En este contexto, Baethgen analiza el consumo de carne y se refiere al veganismo y a otra categoría los flexitarianos: «Son los vegetarianos flexibles, personas que buscan comer la menor cantidad posible de carne pero cada tanto consumen un buen asado o un buen churrasco y quieren el mejor».
«La carne es cara, por eso yo creo que el consumo de carne va a ser para la clase media, media-alta, no para 9.000 millones de personas», dijo, y abrió la polémica pensando en cómo está creciendo el consumo en el sudeste asiático y otras regiones.