Los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de San Juan, Sergio Uñac, dos provincias afectadas por el nuevo impuesto interno al vino, y representantes de la industria vitivinícola le llevaron ayer al ministro de Producción, Francisco Cabrera, los argumentos técnicos y económicos para eliminar el gravamen que propone la reforma impositiva.
Hubo diálogo y entendimiento por ambas partes. Pero para los visitantes quedó claro que la definición sobre el futuro del impuesto la tomará el presidente Mauricio Macri en los próximos días. El lunes ingresará el proyecto de ley al Congreso.
De hecho, Cornejo intentará conversar de este tema en forma privada hoy con el Presidente, en la reunión que compartirán con el conjunto de mandatarios provinciales para presentar el paquete de reformas que impulsa el Ejecutivo nacional.
«Preferimos que lo retiren, que no lo envíen al Congreso. Ese es nuestro plan A», declaró Cornejo tras el encuentro que se llevó a cabo en la Casa Rosada. «Nos sentimos escuchados, aunque no tuvimos una respuesta. Prometieron estudiar el tema. Vamos a acercarle todos estos argumentos al presidente Mauricio Macri», agregó. Uñac remarcó que el sector es una «base generadora de muchas fuentes de trabajo».
La iniciativa oficial propone subir el Impuesto Interno al 17% para espumosas y champaña y al 10% en vinos y sidras.
En la reunión de hora y cuarto no estuvo presente el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sino dos funcionarios de segunda línea.
Para las provincias, la «reunión fue positiva» y no esperaban una respuesta definitiva de parte de Cabrera. Según indicó un vocero provincial: «Se entendió el impacto que puede tener, al pegarle al mercado interno y afectar a las exportaciones. Se ha logrado un entendimiento beneficioso para el objetivo que se busca para las provincias vitivinícolas.
Se apoyaron los argumentos.
Y dijeron que Macri iba a tomar la decisión final».
La reforma ya está en la secretaría Legal y Técnica y faltan definir los últimos párrafos para enviar el lunes al Congreso. Hacienda y Producción consideraron que si existiera la decisión política, todavía habría margen para modificar el impuesto al vino.
Tanto los gobernadores como el sector privado respaldaron la reforma impositiva. Y comprenden que debido al alto déficit fiscal, todos los sectores tienen que colaborar. Pero, para los afectados, el impuesto va a contramano del fin de la reforma, porque daña el potencial de exportaciones de la industria. En tanto, expusieron que el vino no nocivo para la salud, que su producción está dividida en 800 bodegas y tiene una base de producción agrícola.
En Producción resaltaron que van a «cuidar» al sector: Que el «Gobierno quiere desarrollar las economías regionales», que «el sector vitivinícola es muy importante para el país» y que «tiene un posicionamiento internacional de renombre».
Los argumentos técnicos fueron expuestos por el ministro de Economía mendocino, Martín Kerchner Tomba. Y por el sector privado acompañaron Bodegas Argentinas, Unión Vitivinícola Argentina, Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, Federación de Cámaras Vitícolas, Corporación Vitivinícola Argentina, Fondo Vitivinícola de Mendoza, Asociación de Viñateros de Mendoza, y Viñateros y Bodegueros Este.
Veronica Dalto
Fuente: Diario El Cronista Comercial