De cara a la asunción, el martes que viene, del nuevo ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, y en un contexto de incertidumbre por el futuro inmediato de los organismos descentralizados, aumenta la preocupación sobre los posibles recortes presupuestarios y despidos en el INTA.
En las últimas semanas, tres hechos encadenados agravaron una situación ya tensa: por un lado, el Ministerio de Modernización dio a conocer un documento en el que recomienda el despido de 782 trabajadores, al tiempo que Apinta, el gremio que los agrupa, se manifestó en estado de alerta y asamblea permanente. A su vez, en coincidencia con las objeciones hechas por las autoridades del instituto, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) cuestionaron la representatividad del diagnóstico hecho por Modernización y advirtieron que tanto la reducción de personal como el recorte presupuestario impactarían negativamente en todo el sector.
En este contexto, los trabajadores del INTA lanzaron hoy una campaña de concientización pública en la web, en la que, a través de una carta abierta al director Nacional del organismo, Héctor Espina, ponen en valor su compromiso cotidiano con las tareas que ejercen y manifiestan su preocupación por la información que trasciende en los medios de comunicación.
«Trabajamos para el país; para el sector agroindustrial y sus relaciones con los recursos naturales; para las ciudades, los pueblos, y para sus habitantes en todas sus dimensiones. Somos el frente visible y sujeto de acción de nuestro INTA que, no es una entelequia abstracta, no es un número de ‘dotación óptima’ sino muy por el contrario, somos personas que dejamos todo nuestro potencial cada día en el campo, en el laboratorio, en organizaciones sociales, en escuelas, en oficinas, en invernaderos, en comunas, en municipios, en empresas», dicen los trabajadores en su carta.
Agregan que, como frente de contacto directo con las demandas que diariamente reciben, «trabajamos para dar respuestas a todos los niveles de producción y rentabilidad; resolver problemas de enfermedades en plantas y animales, desde una huerta familiar hasta grandes extensiones de un solo cultivo; mejorar la productividad de un rodeo; hacer un uso eficiente de los recursos (agua, nutrientes, etcétera) para producir más y mejores alimentos».
La misiva incluye una solicitud concreta: «Con total consternación y angustia, pero con la convicción y fortaleza de que el INTA somos todos, trabajadores y sociedad, le solicitamos tenga a bien elevar nuestras reflexiones a quienes analizan y deciden en la actualidad, qué necesita el INTA».
Asimismo, en línea con los cuestionamientos al Ministerio de Modernización realizados por CRA y por las propias autoridades del organismo, los trabajadores del INTA concluyen la nota con una propuesta dirigida a quienes definirán el posible recorte presupuestario y de personal: «Los invitamos a acompañar a un trabajador, desde el personal de apoyo de campo, laboratorio y administrativo hasta el personal de terreno e investigadores a una jornada de trabajo, desde La Quiaca a Ushuaia, y así permitirnos acercarles un entendimiento más acabado, más real y más federal de nuestro INTA».
En apoyo a los trabajadores y al organismo, una iniciativa similar fue lanzada por los destinatarios de los programas que el INTA desarrolla en todo el país. En ella, productores agropecuarios y agroindustriales; referentes de organizaciones productivas y sociales que están vinculadas con el trabajo del organismo plantean la «profunda preocupación por la situación en que se encontrará esta prestigiosa institución del Estado Nacional si se confirma lo que los medios masivos están informando sobre el ajuste presupuestario y de personal».
Añaden que de confirmarse ese ajuste, «veríamos afectados los servicios que el INTA viene realizando en las distintas regiones tales como capacitaciones, apoyo para formulación y gestión de los proyectos y emprendimientos, entrega de semillas y ponedoras, asistencia técnica y seguimiento de las distintas producciones agropecuarias, debido a que las actividades mencionadas las recibimos de los técnicos de las distintas unidades de Extensión Rural», indica el documento, compartido por miembros de cooperativas, integrantes de grupos históricos del programa Cambio Rural y de Grupos de Abastecimiento Local, radios rurales y comunitarias, feriantes, promotores y huerteros relacionados con el programa ProHuerta, entre otros.
Fuente: La Nación