Realizar una exposición sobre acción de determinados fitoquímicos fue siempre un desafío importante, ya que no siempre se dan las condiciones ambientales como para ver en forma marcada la diferencia entre cultivos tratados y no tratados. Pero este año, a partir de la aparición de una fuerte epifitia de Roya Amarilla entre otras en el cultivo de trigo y de tener condiciones predisponentes para su aparición hasta final del ciclo del mismo, se dio la oportunidad de poder exhibir con contundencia la potencia tecnológica de los diferentes fungicidas presentes en el mercado y cual es la mejor forma de uso de los mismos.
En el evento, reconocidos referentes brindaron disertaciones sobre la acción de patógenos en trigo en la presente campaña, entre ellos el Ing. Agr. MSc Dr. Marcelo Carmona. El profesional comentó que, en lo referido a Roya Amarilla, ya en 1930 se dio la epifitia más grande del país, volviendo a ser importante recién este año nuevamente, a pesar de que siempre tuvo una presencia en el Sud Este de Buenos Aires. Carmona comentó que es un patógeno de alta capacidad migratoria, con mucha variabilidad genética y con alta adaptación a temperaturas más altas. Una de las características que la diferencian es que ataca más temprano que otras royas y es la enfermedad más grave del trigo a nivel mundial ya que tiene la capacidad de secar a la planta, cosa que no hacen las otras royas.
Todo esto lleva a que las decisiones de control deban ser tomadas sin tener en cuenta los estados fenológicos de la planta. Hojas inferiores infectadas siguen enfermando las hojas superiores en forma muy agresiva, ya que una pústula produce unas tres mil esporas por día durante varios días.
Para trabajar sin parámetros de estado fenológico, es necesario construir umbrales a partir de la planta enferma, justificándose la inversión en fungicidas a partir de umbrales bajos, ya que llegar tarde con esta enfermedad es causante de reinfección segura del cultivo. Para finalizar, el Dr. Carmona recomendó que no deben atrasarse las aplicaciones pues el avance interno de este hongo es muy destructivo y por ello se debe proceder al monitoreo de los lotes de trigo desde muy temprano La detección temprana de los focos de roya amarilla dispuestos en “manchones amarillentos” podrían ser indicativos directos para planificar el uso de fungicidas en lotes con genotipos susceptible y ocurrencia de rocío o lluvias que aseguren mojado. Asimismo será necesario planificar el control químico, porque es probable que también se deba manejar químicamente a la roya anaranjada y/o roya negra, además de manchas foliares del trigo. Se recomienda aplicar mezclas de al menos dos principios activos con diferente mecanismo bioquímico de acción. Por ejemplo, aplicar mezclas de estrobilurinas más triazoles para el manejo de roya amarilla. Esta mezcla también será eficiente para el resto de las royas y manchas.” Concluyó
Por su parte, el Ing. Agr. Diego Alvarez, titular de Lares S.R.L., disertó sobre la importancia capital que tiene el monitoreo en este tipo de enfermedades. El profesional comentó que treinta y dos mil quinientas hectáreas monitoreadas desde Rafaela hasta Azul dejaron como enseñanza que de un umbral del 10% de incidencia.
A medida que avanzamos con la recolección de datos y verificamos la velocidad a la que se multiplicaba la enfermedad. Terminamos aplicando un UDA de 3 a 5% de incidencia. Pudiendo documentar la agresividad de la enfermedad y su elevada tasa de multiplicación a medida que avanzaba el cultivo.
Esta forma de considerar el umbral de aplicación llevó a que la duración del tratamiento pase de 15 días a unos 25 aproximadamente. Alvarez comentó que este año algunos lotes llegaron a tener hasta una tercera aplicación, la que fue recomendada solo en el caso de variedades susceptibles o en caso de haber realizado mal la primera aplicación. Teniendo en cuenta los lotes correctamente aplicados, en el 89% de los mismos la duración de la aplicación fue mayor a 25 días de duración.