Por las nubes
Hoy, un ternero de 160/180 kg promedia los $ 44,5 por kilo, con topes que superan los $ 50. Estos valores de la invernada responden a la escasez estacional, que genera subas mes a mes, frente a una demanda que no cede», dice el consultor Diego Ponti. Hagamos un poco de historia. En marzo hubo una cantidad de terneros similar a la de 2016, según el Senasa. Sin embargo, «las manos compradoras aumentaron entre feedloteros y recriadores a pasto», observa Diego.
Quiénes compran
Sucede que el precio del maíz sigue barato respecto del de la hacienda e invita a convertir grano en carne, lo que le da vuelo al valor de los terneros. También influye un razonable precio del novillo gordo. ¿Quiénes compran terneros a estos precios? Por un lado, hay que considerar que gran parte de los productores, ante una macroeconomía argentina variable, prefiere no hacer muchos números, especialmente cuando concluye un ciclo de engorde provechoso.
Bajo presión
También hay que considerar que hay un «efecto inercia» de volver a reponer y continuar en el negocio donde uno tiene su expertise. Por otra parte, están los productores que llevan racionalmente los números, pero que no pueden salir del negocio cuando el insumo principal se encarece. Los compromisos hacia adelante con clientes y los altos costos fijos en el caso de los feedlots, por ejemplo, atentan contra la flexibilidad de este sistema de engorde.
Inversión a futuro
En una tercera posición están los invernadores a pasto que planifican la actividad con plazos largos, apuntando a novillos pesados. Por ello, hoy deciden posicionar sus inversiones sobre la hacienda en pie. En síntesis: muchos productores quieren conservar el capital ganadero del campo a toda costa, en el entendimiento de que es muy difícil recuperarlo una vez que se pierde. Y están dispuestos a pagar los altos valores actuales para conseguir ese propósito.
Fuente: La Nación